Wimbledon se caracteriza por tener tradiciones irrepetibles en los Grand Slams. Una de ellas es que todos los competidores,hombre y mujeres, deben vestir completamente de blanco. Además, los domingos no hay acción para darles descanso a los jugadores y también al césped. Esa misma superficie es la que tiene a los tenistas ofuscados por la escasa resistencia que mostró terminada la primera semana de acción.

El color de las pistas cambia rotundamente en algunas de estas. Un verde reluciente se mezcla con el café, producto de lo seco y quemado que está el césped. Los botes se han vuelto impredecibles en cada golpe, porque la superficie no está compacta como en años anteriores y las quejas crecen de cara al inicio de los octavos de final que arrancan hoy. Además, se ha vuelto peligroso para los tenistas. Decenas de torceduras de tobillo y nula adherencia al piso han marcado este Wimbledon.

Una de las situaciones más trágicas que se ha visto en la historia del torneo fue la lesión de la estadounidense Bethanie Mattek Sands. La tenista sufrió la rotura del tendón rotuliano, tras resbalarse en el Court 17 cuando se aproximaba a la red. Su rival, la rumana Sorana Cirstea, expresó su versión de la realidad del césped. "Es bastante peligroso a veces. Especialmente a medida que pasan los días, hay menos hierba y más polvo, tierra o lo que sea".

En el Court 18 del All England Club, simplemente las líneas de fondo no se ven desde el otro lado de la cancha. El luxemburgués Gilles Muller, quien hoy enfrentará en octavos de final a Rafael Nadal, entrenó la semana pasada allí y, decepcionado, declaró: "La hierba no tiene buen aspecto en esta pista, no está en condiciones. Quizás es el calor de la semanada pasada, pero los botes no son los correctos. Creo que está más lenta".

Justamente desde la organización se excusan atribuyendo al factor climatológico como causante del problema: "La preparación de las pistas ha sido exactamente la misma, con el mismo estándar meticuloso de años anteriores. El césped es una superficie natural y es habitual que las líneas de fondo empiecen a mostrar señales de desgaste varios días después del comienzo", dice un extracto del comunicado.

Federer y Murray atacan

La situación no escapa dae las grandes figuras mundial y, lejos del maltrecho Court 18, también es tema de debate en las canchas principales. En la central, donde Roger Federer ya ha visto sendos triunfos ante Alexandr Dolgopolov, Dusan Lajovic y Misha Zverev, el panorama se avisora peor para esta segunda semana de competencia. El suizo, que hoy chocará con el búlgaro Grigor Dimitrov, se refirió a las condiciones del Court Central: "La hierba no está unida y está como muerta". Y añadió: "Cambia de color y ese pedacito puede ser resbaladizo. Posiblemente este año es peor que otros, pero porque ha sido extremadamente caluroso. No es una buena señal".

Otro que lanzó su opinión fue el defensor campeón, Andy Murray. El escocés mostró su disconformidad comparándola con ediciones previas: "La pista central no está en tan buenas condiciones como en años anteriores".

Hoy, con el arranque de los octavos de final femeninos y masculinos, el césped otra vez estará a prueba.