A 23 días del inicio de una crucial cumbre sobre cambio climático en Copenhague, Dinamarca, las últimas señales sobre el avance del calentamiento global no son alentadoras.

Al menos eso se desprende del nivel de las aguas del Lago Titicaca, de la capa de hielo de Groenlandia y de una declaración de una institución de ingenieros del Reino Unido, que invita a adoptar una mentalidad de guerra.

Sin embargo, también hay lugar para algunas noticias alentadoras: en Brasil, la tasa anual de deforestación de la selva amazónica ha caído casi a la mitad.

Sin embargo, rumbo a Copenhague las dudas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo efectivo para combatir al cambio climático son cada vez mayores.

EN PICADA
El nivel de las aguas del Lago Titicaca ha caído a su marca más baja en 60 años como consecuencia del calentamiento global. Así lo han asegurado Perú y Bolivia, que comparten el lago más grande de América del Sur.

La Autoridad Binacional del Lago Titicaca (ALT) aseguró el jueves que la disminución de las lluvias y el aumento de la evaporación de las aguas hicieron que el nivel se desplomara en 81 centímetros desde abril.

Esa cifra "se encuentra a 30 centímetros del umbral inferior de la cota mínima de operación". A partir de allí, la ALT sugiere "empezar a aplicar restricciones de uso de los recursos hídricos del Titicaca", según afirmó en un comunicado.

Se estima que el nivel de las aguas disminuye entre dos y tres centímetros cada semana.

Esto amenaza a las poblaciones de peces y a los sistemas de riego, además de afectar a más de dos millones de personas que dependen del lago para su sustento.

La ALT ya alertó sobre esta situación a los gobiernos de Perú y Bolivia, a los que les recomendó mantener informes actualizados del estado del lago y explicar la situación a la población.

El Lago Titicaca se extiende entre la frontera de ambos países y se alimenta del deshielo de los glaciares, el cual está disminuyendo rápidamente como resultado del calentamiento global.

MENOS HIELO
Del corazón de América del Sur al océano Glacial Ártico, los efectos del cambio climático se hacen sentir.

Según un estudio publicado en la revista Science, la capa de hielo en Groenlandia está desapareciendo de forma cada vez más rápida, a un ritmo mucho mayor que hace siete u ocho años, lo que está contribuyendo al aumento del nivel del mar.

Uno de los investigadores del equipo internacional de científicos que realizó la investigación le dijo a la BBC que desde 2000 se han derretido más de 1,5 billones toneladas de hielo.

Si todo el hielo de Groenlandia se derritiera, el nivel del mar aumentaría siete metros y muchas zonas bajas quedarían inundadas.

Este deshielo se ha producido, entre otras cosas, por el calentamiento de la atmósfera relacionado con el cambio climático.

Los autores del estudio esperan que sus hallazgos llamen aún más la atención sobre la urgencia de llegar a un acuerdo en la cumbre de Copenhague, en diciembre.

El encuentro, muy esperado, está siendo preparado desde hace tiempo en busca de lograr un consenso sobre cuánto deben reducirse las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, los países aún no se han puesto de acuerdo y algunos temen que algunos objetivos sean "inalcanzables", entre ellos el Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido.

MENTALIDAD DE GUERRA
Esta organización divulgó este viernes un estudio en el que advierte que los países industrializados no podrán cumplir el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de forma significativa para mitad de siglo, debido a que carecen de capacidad para producir energías limpias.

Esta organización, una de las sociedades de ingeniería más importantes del mundo, aseguró que el objetivo del gobierno británico de diminuir el CO2 en un 80% para 2050 es físicamente imposible.

Y aseguró que lo que se dice para Reino Unido se aplica a muchos de los países industrializados.

El Departamento de Energía y Cambio Climático del gobierno británico salió al cruce de estas declaraciones y acusó al instituto de adoptar una actitud derrotista de cara a Copenhague.

La organización que hizo el estudio, en tanto, también aseguró que, dada la situación, era necesario adoptar una mentalidad de guerra para combatir al cambio climático.

La lucha promete ser larga. Su primera batalla ya tiene fecha y lugar: Copenhague, 7 de diciembre.