Regiones enteras anegadas por el agua y nuevas lluvias monzónicas a la vista: en Malasia ya hay más de 160.000 afectados por las inundaciones que golpean el norte de del país, las peores en 30 años, que han dejado ocho muertos y miles de personas incomunicadas.

El primer ministro, Najib Razak, anunció este domingo una ayuda suplementaria de 144 millones de dólares para socorrer a los habitantes de las provincias de Kelantan, Terengganu y Pahang, aisladas y privadas de alimentos y agua potable.

El dirigente ha sido muy criticado tras la publicación en prensa y redes sociales de fotos que en las que aparecía jugando al golf en Hawai con el presidente estadounidense Barack Obama, una vez conocido el desastre. Finalmente, Razak acortó sus vacaciones y viajó el sábado a las zonas afectadas.

El último balance es de ocho muertos y 160.000 afectados en diverso grado, de los que 8.000, en el estado de Kalentan, se encontrarían completamente  aislados del mundo.  

Vista desde el cielo, la capital del Estado, Kota Bharu, cercana a la frontera con Tailandia, no era más que un inmenso lago. La ciudad no tiene  electricidad y los residentes no han tenido más remedio que recurrir al pillaje en las tiendas para tener algo que comer.

"El país necesita con urgencia helicópteros" para evacuar las localidades inundadas y aportar víveres a las poblaciones necesitadas, anunció el viceministro de Transporte, Aziz Kaprawi.

"Nuestra casa está completamente inundada", dijo Ahmad Wajih Saifullah, un ingeniero de 25 años de regreso de Kelantan para llevar a la capital de Kuala  Lumpur a sus parientes ancianos y enfermos. "Mi madre sufre tensión arterial y diabetes. Ha perdido todos sus medicamentos en la huida", lamentaba el joven.

La situación podría agravarse aún más si en los próximos días llega, como está anunciado, un nuevo frente lluvioso.

"Esperamos nuevas e importantes precipitaciones seguidas de viento fuerte" al principio de la semana, indicó a la AFP un responsable de la agencia  meteorológica malasia.