Una reunión con el secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, sostuvo el viernes el ministro de Justicia, Carlos Maldonado. El objetivo del encuentro era comenzar a preparar los escenarios que abriría una propuesta de indulto general promovida por la Iglesia con motivo del Bicentenario.
Maldonado explica que a la espera de la propuesta de la Iglesia, que sería presentada a mediados de agosto, el gobierno comenzó el proceso de recolección de estadísticas de los posibles grupos beneficiados. Sin embargo, esos números irán ajustándose con los filtros que incluiría la iniciativa para dejar fuera delincuentes peligrosos, reincidentes o con altas penas.
En el 2001 se benefició a cerca de 27 mil condenados, ¿se puede deducir que si la población penal se duplicó, un nuevo indulto beneficiaría al doble de condenados?
Es una deducción lógica, pero habrá que ver caso a caso. Estamos revisando estadísticas para tener trabajo adelantado cuando recibamos la propuesta de la Iglesia. Estamos viendo los universos de personas que se ha señalado que podrían estar en la propuesta, pero luego vienen criterios de exclusión, como tipo de delito o extensión de la condena. Los criterios que se utilizaron en el 2000 que podrían volver a utilizarse ahora, si fueran criterios similares, podemos concluir que el porcentaje mayor de beneficiados va a estar en el universo de personas que está cumpliendo penas en libertad y no en la cárcel.
¿Qué cifras proyectan?
Creo que más de un 75% del beneficio va a ser a quienes están en libertad. Por ejemplo, cuando uno habla de primerizos, salvo que hayan cometido delitos muy graves, normalmente son sancionados a penas remitidas, como libertad vigilada.
¿Entonces, estamos hablando de más de 30 mil condenados que están libertad que podrían ser beneficiados?
Hay que tener mucho cuidado con los términos. Beneficiado no significa liberado. Un indulto puede significar la reducción de la pena, que es lo que se hizo el 2000. De ahí que la persona que está presa salga en libertad o si está en libertad quede libre de polvo y paja, son dos cosas aparte.
¿Cuántos beneficiados podría haber de los que están en la cárcel?
Las cifras que uno maneja son los universos de hoy día. Por ejemplo, los mayores de 70 años, ahí tenemos menos de 100 personas. Mujeres madres con hijos menores de edad, debemos tener cerca de 4 mil. Pero estamos chequeando estas cifras.
¿Y primerizos condenados por delitos menores?
Eso es bajísimo, porque los delitos menores y primerizos terminan con penas remitidas. Pero es aventurado dar cifras.
La idea que ha surgido de la derecha es beneficiar a militares de bajo rango, que cumplían órdenes, ¿hay algún condenado de esas características?
Todos los condenados por violaciones a los DD.HH. son por delitos graves. Estamos hablando de delitos y secuestros, y los jueces han considerado que esas personas eran legalmente responsables de esos delitos.
¿Y es posible incluir casos de DD.HH., la propuesta de la Iglesia?
El tema de DD.HH. es incompatible con una ley de indulto general. Técnicamente, no es compatible.
La Presidenta descartó un indulto general en DD.HH. ¿Existe la posibilidad de un indulto particular bajo la visión del caso a caso?
El indulto particular es una facultad, que tienen los presidentes de la República. La facultad está, pero esa es una decisión que corresponde a los presidentes de la República.
¿Y un proyecto de indulto general para el tema de DD.HH.?
No está en la agenda del gobierno, nadie ha planteado formalmente eso. Si hay algún sector interesado en una propuesta de ese tipo tendría que plantearla. Claramente, el gobierno no está promoviendo una iniciativa de esa naturaleza.