La iniciativa de la Superintendencia de Educación enfocada en generar acuerdos entre las familias y los establecimientos educacionales de los que son parte, comenzó hace dos años y ya cuenta con la participación de 794 colegios.
Hasta el año pasado se lograron mil mediaciones, de las cuales 866 terminaron en acuerdo. Según datos de la institución, la mayor parte de estos trámites se lleva a cabo en la educación básica, específicamente entre primero y cuarto básico. Un ejemplo de esto es que entre 2015 y 2017 se produjeron 373 mediaciones solo en ese nivel (ver infografía).
¿Las razones? Tratos agresivos por parte de adultos hacia menores, y desacuerdo de apoderados en torno a las medidas disciplinarias impuestas por el establecimiento hacia los alumnos.
En esa línea, el superintendente de Educación, Alexis Ramírez, dice que "la clave del proceso de mediación es que es voluntario, confidencial, gratuito e imparcial, que busca a través del diálogo y en un ambiente de respeto conciliar posiciones entre las partes para solucionar los conflictos y evitar su reedición.
De este modo, Ramírez agregó que "con la ayuda de un mediador se exponen los puntos de vista respecto de la problemática, el objetivo para buscar acuerdos se basa en el interés superior del niño. Con ello se establecen acciones y compromisos concretos para superar las diferencias".
Entre los principales acuerdos a los que llegan las partes involucradas, un 23,7% consiste en que los apoderados generen una participación activa en el proceso formativo de sus hijos.
En ese sentido, el presidente de la Confederación de Colegios Particulares Subvencionados de Chile (Conapas), José Valdivieso, explica que gran parte de las instituciones tiene claro los conductos regulares, y que parten por informar desde el primer momento a los apoderados. Sin embargo, añade que "hay veces en que los padres no cumplen con las normas y esperan que el colegio se haga cargo de todos los detalles del alumno. Cuando se les llama no asisten a la reunión y el colegio tiene que tomar medidas. Es ahí cuando acuden, pero no a nosotros sino a su 'ángel de la guarda': la superintendencia".
En segunda instancia, por acuerdos, un 23,3% señala que el establecimiento debe atender las necesidades específicas del estudiante. Estas pueden ser psicoeconómicas, educativas, de salud y/o socioeconómicas. Y por último, un 17,3% mantiene que debe haber una intervención oportuna y efectiva del plantel frente a situaciones de maltrato escolar.
"La mediación ha logrado, en un porcentaje similar, un mayor compromiso de los establecimientos para apoyar las necesidades específicas de los alumnos. Lo central es que ambas partes reconocen la importancia de una mayor coordinación y apoyo mutuo", agrega Ramírez.
Si bien Valdivieso cataloga de positiva la iniciativa, señala no estar de acuerdo "con que la superintendencia pase a llevar las normativas de los colegios, sobre todo las que el organismo público ya aprobó con anterioridad".