Mientras muchos países europeos apenas se levantan luego de la dura crisis económica que los ha afectado y aplican fuertes medidas de austeridad, Noruega tiene una vida bastante tranquila en materia económica, gracias a la buena inversión de sus reservas de ingresos por el petróleo y el gas. Según explica el gobierno de ese país en su sitio web, la mayor parte del reconocimiento internacional que ese país -que no pertenece a la Unión Europea- tiene en este sector no sólo se debe al rápido y eficiente desarrollo de su industria, sino que a su capacidad de distribuir los beneficios económicos y comerciales de esta actividad a la sociedad en su conjunto. "Un factor clave para la industria fue que pudimos beneficiarnos de las experiencias de los demás países petroleros y logramos crear una empresa nacional fuerte y competitiva, donde permitimos la participación de numerosos actores, además del Estado, en el desarrollo del sector, al tiempo que pudimos mantener un control sobre nuestros recursos", señala el gobierno.

Es por eso que en conversación con La Tercera, el director de recursos minerales de la islas Falkland o Malvinas, Stephen Luxton, señaló que es el modelo noruego el que se quiere adoptar para desarrollar la industria del crudo en esas islas. "Tuvimos un viaje en diciembre el año pasado. La idea central era ver el manejo financiero de los recursos. Aún no establecemos la forma en que lo haremos, pero sí buscamos un sistema de bienestar social gracias al petróleo. La idea es invertir ese dinero para que apoye la economía y entregue seguridad económica en el largo plazo, porque ahora dependemos de la pesca, y eso varía", señaló.

Existen dos áreas principales de petróleo en las islas: La cuenca del norte del archipiélago y la cuenca sur. Han existido dos olas de interés frente al petróleo y gas de ultramar. El primero  se produjo en 1998, cuando seis campos pretrolíferos fueron perforados en la cuenca norte, pero la exploración se detuvo debido a una caída importante del precio del crudo a nivel mundial.

No fue sino hasta julio de 2012 cuando se realizó un acuerdo entre Rockhopper Exploration y Premier Oil, por US$ 1.000 millones, para que comenzara la explotación del yacimiento en Sea Lion. Luxton explicó que esta última empresa comenzará a perforar en los próximos años y se estima que la producción de petróleo será en 2019 y se proyecta que se obtendrán 394 millones de barriles al año.

Las ganancias serán por dos fuentes. Por un lado, las empresas pagarán un royalty de 9%. Además, las empresas pagarán un impuesto corporativo 26% de las ganancias que reciban. Luxton aclara que las ganancias dependerán del mercado para cuando comience la producción. Así, las estimaciones señalan que a US$ 100 el barril tendrán un peak de ganancias de  400 millones de libras (US$ 644 millones) en 2020.

De acuerdo a un estudio de la Unidad de Políticas Públicas de la isla, uno de los primeros efectos que tendrá la explotación petrolera es en el empleo. Así, sólo en el campo de Sea Lion se necesitarán  175 más trabajadores a tiempo completo, aunque esta cifra puede aumentar. En la misma isla la oferta de empleos será mayor como resultado de la fase de desarrollo del yacimiento, estimándose que entre 2016 y 2017 se ofrezcan 300 trabajos a tiempo completo; es decir, un alza de 30% de los actuales niveles, lo que será una revolución para sus 2.500 habitantes y para unas islas que tienen apenas un 1% de desempleo.