Pese a estar remitidos al siempre predecible guión del cancionero latino, la última década en la historia de Maná reporta quiebres categóricos. Marcas casi imposibles de sacudir. En 2004, los mexicanos se hastiaron de las giras y la vida promocional y se entregaron a una temporada sabática: era primera vez que una de las bandas más populares del continente apretaba el freno y despertaba ciertas dudas en torno a su futuro.
En 2011, el cuarteto editó su última entrega, Drama y luz, un álbum que encarnó el triple duelo de su vocalista, Fher Olvera, luego de perder a su madre, su hermana y el hijo que esperaba su mujer: nunca había sonado tan desgarrador un grupo célebre por cantarle, en sus primeros éxitos, al pumpin pumpin de tu corazón. Y el año pasado se lanzaron a apoyar la reelección de Obama y hasta tocaron en el baile presidencial que celebró su segundo arribo a la Casa Blanca: era la primera vez que se abanderizaban con una figura política.
El lapso, con todos sus cambios de piel, representa los mismos 10 años que contaron sin pasar por el Festival de Viña. "Hemos evolucionado mucho como banda, pero siempre tratamos de hacer lo que queremos y lo que nos nace", postula el baterista Alejandro "Alex" González, el otro rostro más reconocible de la agrupación, al teléfono con La Tercera desde Veracruz, y en alusión a la visita que el domingo 24 los tendrá abriendo el certamen, tal como lo hicieron en su última escala de 2003 (antes habían estado en 1994 y 1996), en lo que será el tercer evento organizado por Chilevisión.
El músico, consciente de que su grupo totaliza 500 mil discos vendidos en el país, sigue: "Retornar al Festival nos tiene contentos, porque ese público nos encanta y la gente de Chile quiere mucho a la banda. Además, para nosotros sigue siendo un certamen muy prestigioso a nivel mundial, porque cuando empezamos como grupo siempre fue una meta llegar hasta ahí. Cuando veíamos a The Police o Soda Stereo pensábamos: 'cuando vas a Viña es porque ya la estás haciendo de verdad'. Aún sigue siendo un escenario emblemático, con gente efusiva y exigente, y que te hacen saber de inmediato si no lo estás haciendo bien. Además, estar ahí es tocar para los que habitualmente no nos ven en Santiago".
Para las grandes bandas, este certamen establece un dilema: se emite por TV para el continente justo en años en que los artistas tratan de que sus shows no se divulguen en demasía, ya que hoy representan su fuente de ingresos. ¿Cómo lo enfrentan?
De verdad, a mí me gusta que lo televisen. Me encanta. No tenemos problemas y no hay nada que esconder, al contrario. Uno cuando está en el escenario está presentando su trabajo y si lo muestran, no pasan nada. Y que salga con errores también, me parece mucho más auténtico. En lo que yo sí no estoy de acuerdo es en ofrecer música gratis por internet. Ni siquiera creo que sea bueno que las bandas suban su música gratis, ya que cuando sale el CD ya nadie lo va a querer comprar.
Llevan casi dos años de gira. ¿Viña tendrá lo mismo que vienen mostrando?
Hemos modificado ciertas cosas de lo que veníamos montando en el tour y hemos trabajado mucho la parte técnica... ya verán cómo es la producción. De seguro les va a gustar mucho, queremos estar acorde a lo que es un festival como éste. En cuanto a las canciones, traemos muchos de los hits clásicos, pero también vamos a tocar temas de Drama y luz. Es un espectáculo muy balanceado.
Aunque la aparición en escena de sus últimas composiciones represente cierto balance, Drama y luz detonó un fuerte desgaste interno de la banda ante la dramática triada enfrentada por su cantante y compositor principal, quien incluso escribió el tema Vuela libre, paloma para tributar a su fallecida madre.
González profundiza: "La elaboración de este trabajo fue más paulatina, sin apresurar nada y respetando a nuestro amigo Fher, que lo estaba pasando muy mal. No hubo prisa, más bien dejamos que las cosas fluyeran a su tiempo y que tomaran su curso natural. Y funcionó. Estuvo bien que lo hiciéramos así, ya que nadie está preparado para ese tipo de situaciones. Pero creo que los resultados fueron muy buenos, el disco tuvo una gran recepción y la gira fue muy exitosa".
¿Su próximo álbum tendrá un tono más luminoso?
Espero que sí, porque el tiempo todo lo cura. Entonces, no dudo que pueda tener otra vibra, porque los cuatro tenemos un ánimo mucho mejor, estamos más optimistas. Tenemos ganas de entrar pronto al estudio, por lo que es muy probable que tengamos un nuevo disco para 2014. Ese es el plan. Y hacer las cosas como queremos, con nuestros tiempos, como ha sido siempre, sin presión de nadie. Ni del sello, porque siempre han respetado nuestra filosofía y desde muy temprano les dijimos: "Mira, así es como nos gusta trabajar, déjanos ser y vamos a lograr buenas cosas".
Tocaron ante Obama y tienen fama en mercados como Brasil y España. ¿Se sienten la banda latina más popular de los últimos 20 años?
Nunca he encontrado el sentido a ponerse títulos o medallas. Que cada quien diga lo que quiera. Eso sí, nos sentimos una banda comprometida con la comunidad latina. Por otro lado, el hecho de apoyar a Obama, que es primera vez que hacemos algo así en nuestra carrera, fue algo más humanitario que político. Sabemos que también podemos tener fans republicanos que nos les va a gustar, pero esto va más allá de esas diferencias. Todas son metas que sólo se logran con trabajo.