Tyson estaba herido. Pero no físicamente. Era peor: tenía herido su orgullo. Había pasado por todo. Una década antes, la fama le llegó de golpe. Como uno suyo, precisamente. Con tan sólo 20 años, 4 meses y 22 días, el 22 de noviembre de 1986, derrotó a Trevor Berbick, convirtiéndose en el boxeador más joven de la historia en lograr el Título Mundial de Pesos Pesados (WBC). Su pegada no tardaría en unificar las coronas, derrotando a James Smith (WBA) y Tony Tucker (IBF).

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Sin embargo, su prometedora carrera se estancó. James Douglas propinó el primer golpe en 1990. El décimo round de aquella velada en Japón sellaría su primera derrota. Y le seguiría una aún más dolorosa, pero esta vez fuera del cuadrilátero. Acusado de violar a Desiree Washington, modelo de 18 años aspirante a "miss", Tyson fue sentenciado a 10 años: seis en prisión y cuatro de libertad condicional.

Si bien su buena conducta le permitió ser liberado en 1995, no volvió a ser el mismo. Lo intentó, volviendo rápidamente al ring, e incluso ilusionó con un retorno triunfal hasta que en su camino se cruzó Evander Holyfield, verdugo de "Buster" Douglas.

La pelea más esperada

El 9 de noviembre de 1996 Tyson y "Real Deal" Holyfield se vieron por primera vez las caras en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas. Una pelea no menos esperada que polémica. En el undécimo round, el árbitro Mitch Halpern detuvo la contienda ante la superioridad exhibida por el de Alabama. Tyson caía por segunda vez en su carrera pugilística y Holyfield hacía historia: era el segundo boxeador en ganar el cinturón de Campeón Mundial de Pesos Pesados en tres ocasiones.

Sin embargo, el "Kid Dynamite" no estaba conforme. Tras la pelea, desde su esquina no cesaban los reclamos: acusaban a Holyfield de recurrir a numerosos cabezazos durante el desarrollo del combate. Situación que incluso provocó una abertura en la ceja de Tyson en el sexto asalto y que el árbitro no consideró. ¿La solución? Una revancha.

Una venganza para olvidar

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Así llegaron al 28 de junio de 1997. Hace exactos 20 años. Una fecha inolvidable en la historia del boxeo. Para mal, desgraciadamente. La pelea, que prometía ser una de las más importantes de la historia, fue titulada "The Sound and the Fury". Recaudó una cifra récord para la época: Mike recibió 30 millones de dólares, mientras que Holyfield 35 millones.

La historia se repetía. Holyfield calentó el ambiente desde el inicio, logrando su cometido: sus continuos cabezazos, que esta vez sí le valieron sanciones, terminaron por sacar del combate a Tyson. El "Kid Dynamite" estaba herido. No quería perder nuevamente de la misma forma. ¿Qué pasó por su cabeza en ese momento? Años después daría su versión de los hechos. Pero en el tercer round sacaría lo peor de sí mismo y daría final a la contienda.

Desencajado por la conducta antideportiva de Holyfield, Tyson mordió su oreja. El árbitro, Millis Lane, sancionó a la brevedad a Tyson con dos puntos, pero optó por continuar el combate. Sin embargo, Tyson había decidido terminarlo: a 40 segundos para que acabase el round, volvió a arremeter contra la oreja del púgil de Alabama, sacando un pedazo de cartílago para luego escupirlo en el medio del ring.

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Tyson, por supuesto, fue descalificado y perdió tres millones de dólares de las ganancias pactadas, por concepto de multas. Una performance para olvidar.

La confesión de Tyson

"Fueron las drogas. Solo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios. Pero lo hecho, hecho está. No pensaba en el boxeo cuando le mordí. No me preocupaba el boxeo". Con estas palabras, en 2010, Mike Tyson admitía su adicción a la cocaína.

Incluso, aseguró que recurría a "un pene falso con orina limpia" para evitar ser sorprendido en los controles antidopaje.

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El perdón de Holyfield

"Hoy en día, Mike y yo tenemos una buena relación, una relación cordial. Hacemos cosas juntos y trabajamos juntos para tratar de hacer crecer el boxeo", confesó Evander Holyfield en una entrevista que concedió a Globoesporte.

Una prueba inequívoca de que los problemas se quedaron en el ring, es la publicidad de Nike en la que participan ambos ex campeones. En el clip, se puede apreciar cómo Mike Tyson visita su clásico rival con el fin de devolverle el trozo de oreja que le arrancó.

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