Los jefes de Estado árabes señalaron, en el inicio de su cumbre anual en Egipto, su intención de crear una fuerza unida para combatir a "grupos terroristas", y consideraron como un "test" la operación militar conjunta en Yemen.
Desde hacía varias semanas, el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi reclamaba con insistencia esta fuerza árabe para luchar en particular contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Pero más allá de este grupo ultrarradical sunita, lo que anima a los países árabes a dejar a un lado sus diferencias es el miedo a una mayor influencia de Irán, la potencia chiita de la región. Y a ratificar, en Sharm el Sheij, en el Sinaí egipcio, la creación de una fuerza militar conjunta.
Liderada por Riad, una coalición formada por nueve países árabes, incluido Egipto, perpetró el jueves ataques aéreos en Yemen para frenar el avance de los hutíes que intentan adueñarse de todo el país.
Amenaza sin precedente
Desde la apertura de la cumbre, que debe durar dos días, Sisi, que preside por un año la Liga Árabe, proclamó la exigencia de una fuerza regional para "hacer frente a la amenaza sin precedente contra la identidad árabe" que constituyen "los grupos terroristas" y la multiplicación de los conflictos.
Antes de la cumbre, Egipto había dicho que estaba preparado para enviar a Yemen tropas terrestres.
El rey Salman Ben Abdel Aziz de Arabia Saudita le pisó los talones refiriéndose a la intervención militar conjunta que su país dirige en Yemen, asegurando que ésta duraría hasta que se restablezca la seguridad.
El presidente de Yemen, Abd Rabbo Mansur Hadi, consideró que la operación aérea debía continuar hasta la "rendición" de los hutíes, asegurando que ésta debe constituir también un "test práctico" para la futura fuerza árabe.
A continuación, el dirigente yemení se desplazó a Riad con el rey jordano y no regresará "de momento" a Adén, su feudo en el sur de Yemen, según su ministro de Relaciones Exteriores.
Nabil al Arabi, secretario general de la Liga Árabe, calificó de "desarrollo histórico" la creación de la fuerza y agregó que "esperamos que los procedimientos sean rápidos para concretizar este proyecto".
Los jefes de Estado deberían, pues, adoptar el proyecto de resolución egipcio ya aprobado por los ministros de relaciones exteriores árabes el jueves, que prevé que la fuerza se encargue de realizar "intervenciones militares rápidas".
Egipto, cuyo ejército es el más numeroso y de los mejores equipados del mundo árabe, se presenta como punta de lanza de esta fuerza.
En Sharm, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a una resolución "pacífica" del conflicto de Yemen y dijo sentir "vergüenza" ante el "fracaso colectivo de la comunidad internacional y regional para poner fin a la carnicería en Siria".
El emir de Kuwait, los reyes de Jordania y de Bahréin, los presidentes de Túnez y de la Autoridad Palestina y el jefe del Parlamento libio reconocido por la comunidad internacional participan también en esta cumbre, celebrada bajo altas medidas de seguridad.
Irán, prioridad de Riad
Para Mathieu Guidère, profesor de geopolítica árabe en la Universidad de Toulouse (Francia), la operación en Yemen representa "un ensayo para la futura fuerza árabe de intervención rápida".
Pero los diferentes puntos de vista entre los 22 miembros de la Liga podrían ralentizar el proceso.
Oraib al Rentawi, director del centro Al Qods de estudios políticos, considera que si bien la prioridad de Riad sigue siendo "enfrentar la creciente influencia de Irán en la región", Egipto y Jordania quieren, en cambio, "luchar contra el terrorismo".