Los presidentes de España, Mariano Rajoy, y de Panamá, Ricardo Martinelli, inauguraron este viernes en Panamá la XXIII edición de la Cumbre Iberoamericana con llamados a reformar este organismo de integración creado en 1991.
"El mundo de la segunda década del siglo XXI ha cambiado mucho respecto al de 1991, por eso considero un acierto que la Cumbre de Panamá sea considerada la Cumbre de la reforma", dijo Rajoy durante su discurso de inauguración.
"Después de 22 años de encuentro y funcionamiento hace falta un nuevo impulso y una renovación para adaptarnos a los cambios producidos en nuestros países y en la esfera internacional", añadió el jefe del ejecutivo español.
Con música, bailes tradicionales y una referencia teatral a la llegada hace 500 años el conquistador español Vasco Núñez de Balboa al Mar del Sur, inició este viernes en un auditoria a orillas del canal de Panamá la XXIII Cumbre Iberoamericana.
Esta Cumbre "representa una oportunidad para reflexionar sobre qué países queremos y hacia dónde vamos", aseguró Martinelli.
En esta ocasión los mandatarios iberoamericanos aprobarán una serie de reformas, que incluyen la realización de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno cada dos años a partir de la cita del próximo año en México.
Las reformas incluyen también cambios en las cuotas y en la Secretaría General Iberoamericana.
Los cambios buscan adaptar la Cumbre "con la nueva realidad que vive la región en estos momentos" para centrarse más en aspectos de cooperación y educación regional, según Martinelli.
A la inauguración de esta Cumbre en Panamá acudieron sólo 8 mandatarios, de 22 invitados.