Los manifestantes ucranianos proeuropeos pasaron a la ofensiva el viernes ocupando un ministerio y levantando otra barricada en Kiev al fracasar las negociaciones entre el presidente y los líderes de la oposición para poner fin a la crisis.
Militantes del movimiento opositor Spilna Sprava (Causa Común) tomaron por asalto la noche del jueves el ministerio de Agricultura, a 100 metros de la Plaza de la Independencia, también llamada Maidan, centro del movimiento contestatario desde hace más de dos meses.
Luego de las negociaciones del jueves al anochecer entre el presidente Viktor Yanukovich y los líderes de la oposición, que concluyeron con modestas concesiones, "quedó claro que debemos preparar nosotros mismos la ofensiva prometida" por los jefes de la oposición, escribió el jueves de noche en su cuenta Facebook Olexander Danyliuk, dirigente del movimiento.
"Ya hemos comenzado. Los militantes de Spilna Sprava acaban de ocupar el edificio del ministerio de Agricultura", agregó.
En Kiev, cuyo centro está ocupado desde fines de noviembre por los manifestantes proeuropeos después de que el gobierno dio marcha atrás respecto a un acuerdo con la Unión Europea (UE) y decidió un acercamiento con Rusia, se registraron violentos enfrentamientos entre manifestantes radicales y las fuerzas del orden desde el domingo que dejaron cinco muertos.
Francia convocó este viernes al embajador de Ucrania para transmitirle su "condena" por la represión de las manifestaciones en Kiev, anunció el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, agregando que estaba "preocupado e indignado".
La oposición reconoció su decepción el jueves luego de las negociaciones con Yanukovich, e instó a los manifestantes a hacer todo lo posible para evitar una nueva ola de violencia.
"Nuestro movimiento será únicamente pacífico. Nosotros permanecemos en guardia, no daremos ni un paso atrás", sostuvo Arseni Yatseniuk, dirigente del partido de la opositora encarcelada Yulia Timoshenko, ante decenas de miles de personas congregadas en la Plaza de la Independencia.
No se señalaron enfrentamientos después del anuncio de este fracaso y la calma persistía el viernes de mañana en la calle Grushevski, donde se registraron violentos choques los días anteriores.
Los manifestantes, obedeciendo a las instrucciones de sus líderes, trabajaron toda la noche para agrandar los límites delcampamento atricherado levantado alrededor de la plaza desde hace dos meses.
En pocos minutos erigieron una nueva barricada con bolsas de nieve de unos tres metros de altura en la calle Institutska.
El boxeador Vitali Klitschko, uno de los líderes de la oposición, llamó a los manifestantes el jueves por la noche a "ampliar el territorio de Maidan mientras el poder no nos escuche".
Klitschko destacó que la única concesión prometida el jueves por el presidente fue "una promesa de liberar a todos los militantes y de suspender la presión si no hay confrontación".
"Varias ciudades del oeste se rebelaron hoy. Habrá más mañana. Nosotros debemos hacer lo posible para que toda Ucrania se rebele", dijo ante los manifestantes.
En Lviv, bastión de los nacionalistas proeuropeos en el oeste de Ucrania donde los manifestantes ocuparon el consejo regional el jueves, se levantaron barricadas el viernes y se instaló un escenario en el centro de la ciudad.
Miles de manifestantes lanzaron la ocupación de las administraciones de los gobernadores de varias regiones de lengua ucraniana que apoyan al movimiento contestatario.
Además de Lviv, donde los manifestantes impiden que trabaje el gobernador nombrado por el jefe del Estado, se constataron ocupaciones más o menos temporales en Ternopil, Rivne, Jmelnitsky (oeste) y Cherkassy (centro).
REACCIONES INTERNACIONALES
A nivel diplomático se registraron varios llamados al diálogo el jueves.
La UE obtuvo garantías de que el gobierno ucraniano no decretaría el estado de emergencia y anunció una visita de Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la comunidad, la semana próxima.
El vicepresidente estadounidense Joe Biden advirtió a Yanukovich que si continúa la violencia habrá "consecuencias" en las relaciones bilaterales.
Rusia, que otorgó a Ucrania un plan de rescate financiero de 15.000 millones de dólares, prometió que no intervendrá "en los asuntos internos de Ucrania".