No me cambié el apellido por arribismo. En la escuela de teatro me recomendaron juntar los dos apellidos, como un nombre artístico. El apellido materno nunca estaba en los créditos y me pareció un buen homenaje. En ese minuto fue un acto inocente, pero después empecé a sentir el juicio social. La gente pensaba que tenía la intención de subirme el pelo.
Con Mala Junta, la película que estoy estrenando, pude conocer el conflicto mapuche. La directora es mapuche, grabamos con toda su familia en el sur. Su papá es lonko y fue clave en toda la logística. Lo conversamos allá, ellos no están pidiendo territorio por pedir, quieren la recuperación de su espacio identitario. Es algo muy profundo.
Mis hermanos dicen que era bien cabrón. No recuerdo que fuera así, pienso que era la dinámica de ser el mayor de cuatro hombres y tener que poner orden en situaciones. Si se veía tele en mi pieza, no íbamos a estar todos en la cama. Mis hermanos en el suelo con cojines y yo en la cama. Había peleas, pero éramos más de llaves de lucha libre que de pegarnos combos.
Me gusta ver televisión abierta. Encuentro que es un buen retrato sociológico de lo que nos falta como sociedad. No somos lo que aparece en la tele, lo que vemos es una imagen de lo que no está funcionando bien. Eso se aplica en el ámbito informativo, en la ficción o en los programas culturales. Me gusta ver tele, hay un morbo en todo eso.
En mi curso fui presidente durante cinco años, hasta que me derrocaron. Mis compañeros se aburrieron y me hicieron un golpe de Estado. Tengo un carácter fuerte y me gusta imponer mi voluntad. Después participé en el centro de alumnos. Dimos pequeñas batallas contra el centro de padres en plena dictadura. Ellos se oponían a que se abriera el electivo de artes y nosotros peleamos por eso.
[embed]https://www.youtube.com/watch?v=AdW5k9Av9II[/embed]
Reconozco en Cristo valores que me interesan como ser humano. En ese sentido podría decir que soy cristiano, pero no católico. El cristianismo tiene que ver con Jesús y la Iglesia Católica es otra institución formada sobre eso, lo que no me identifica para nada.
Yo iba a votar por Ricardo Lagos. Tenía hartos prejuicios sobre él, pero un hermano se metió a trabajar en su comando. Tuvimos un par de asados con discusiones largas en torno a la figura de Lagos y tuve que concederle que si bien había cosas impresentables, también había otra cantidad de cosas que reconocer de su primer gobierno. Y había un buen programa. Ahora estoy observando el panorama.
Decidí probar todo tipo de drogas. He tenido deliciosos viajes de crecimiento personal. Tomé ácido y descubrí que la mente podía construir toda una realidad que de un minuto a otro podía cambiar. Con la ayahuasca obtuve un viaje interior profundo. Eso sí, no hago un llamado al consumo. Son cosas que llegan en momentos y hay que asumirlos con control y de manera responsable. No es algo recomendable para todos.
Mi peor borrachera fue tomando pisco con jugo Yupi. Borracheras de adolescente, de terminar durmiendo en las dunas de una playa. Aprendí de eso y nunca más me volvió a pasar. Iba comprobando lo que me pasaba con acciones que podían ser contraculturales, rebeldes y distintas.
Me vestí de negro durante 10 años. Escuchaba música punk y la tendencia iba por ahí. Poleras, jeans y abrigo negro. Me gustaba la contracultura. Mi banda favorita es The Cure, los fui a ver cuando vinieron a Chile. Estuve en primera fila bailándomelo todo, como un teenager.
En la teleserie Tic Tac la pasé muy mal. Es una teleserie recordada y vanguardista para su tiempo. Con los años ha sido valorada por la gente. Me tocó hacer el antagonista que tenía que perseguir a la heroína. No logré dar con el código de comedia que me pedían. Lo hice muy en serio, muy dramático y por eso lo pasé pésimo durante todas las grabaciones.