Mis padres me pusieron Benito en honor a Mussolini. Lo hacían en homenaje por lo que había hecho en Italia. Tenía cuatro nombres: Julio Humberto Gonzalo Benito. Afortunadamente, el Registro Civil me borró el último, no sé por qué. Ellos nunca me dijeron nada cuando me empezó a interesar la política, a pesar de que yo era de izquierda y ellos de derecha.
El colegio me parece una de las cosas más pelotudas del mundo. Cuando joven me puse rebelde y empecé a abandonar los estudios, me parecían una mierda. Me agarraba mucho a combos y buscaba repetir de curso, porque así me iban a castigar e iba a tener tiempo para hacer otras cosas. Y lo logré. Fui un ser abyecto. La PSU es un sistema patético. Si antes aborrecía el colegio, ahora pienso que estamos peor.
En la televisión nunca me han llamado para hacer un papel dramático. Me encasillaron en puros papeles cómicos. Me molesta la poca creatividad de los directores. No sé si no piensan o no van al cine. Hice personajes en películas muy duros y lo hice bien. No reniego del humor, pero tampoco quiero que me aparten del drama. Trabajé con Nicolás López y me pareció importante, no les hago asco a sus películas. También estoy en el próximo trabajo de Silvio Caiozzi. Me muevo en esos dos mundos, aunque para la televisión solo sea un actor cómico.
No me arrepiento de haber actuado en un comercial de las AFP. Era pega y no algo testimonial. Hay actores que han aparecido promocionando marcas involucradas en casos de colusión pero nadie les dice nada. A pesar de que esas marcas sí incurrieron en algo ilegal. Por supuesto que no estoy de acuerdo con el sistema actual, de hecho, no he jubilado. ¿Para qué voy a querer jubilar con 80 lucas? ¿Acaso creen que estoy de acuerdo con todas las teleseries que hago?.
Participé en La Manivela, el programa más icónico de la televisión chilena. Era un capítulo a la semana durante todo el año, no se trabajaba por temporadas. Lo hacíamos absolutamente improvisado, nunca hubo guiones. Nos reíamos de la institucionalidad, me imagino cómo nos podríamos reír ahora de las instituciones, que están tan desprestigiadas. Nos sacaron de TVN durante el gobierno de Allende por ser burgueses servidores de la oligarquía, y luego, en la dictadura militar, nos fuimos de Canal 13 cuando nos censuraron por comunistas. Nunca nos abanderizamos por nadie.
Vi cuando asesinaron a Edmundo Pérez Zujovic, el 71. Lo mataron entre Carlos Antúnez y Carmen Sylva. Lo vi porque estaba pintando mi casa. Recuerdo que iba en auto cuando lo cruzaron y le empezaron a disparar con una metralleta. Luego, los tipos arrancaron. Ahí fui a ver qué había pasado y vi al ex ministro tirado en el piso, muy mal. Tras eso lo llevaron al Hospital Militar, donde murió.
Tenía fama de seductor, pero diría que la palabra era 'lacho'. Yo era bien 'lacho'. Cuando era joven me gustaba salir con mujeres, iba a todos los lugares que estaban de moda. A todos los lugares donde se podía atracar. Ahora salgo con mi esposa a bailar salsa o tango. El reggaetón me divierte por las letras. A estas alturas llegué a la etapa del seductor simpático, que cae bien y nada más. Lo hago para que no me traten como a un abuelito o un tío.
Probé todas las drogas. Uno, como actor, es una especie de basurero, uno tiene que acumular todo tipo de conocimiento. No hay que rechazar ninguno. No me vicié con ninguna droga, pero la más simpática resultó ser la marihuana. Me daba risa y a mí me encanta reír. El alcohol nunca me gustó. El único trago que me interesaba era el Martini seco, el que tomaba James Bond. Me ponía en una onda muy especial. Ahora no podría tomarlo, porque es muy fuerte y se me sube rápido a la cabeza.
A mi pareja la conocí cuando me cambié de departamento. Empecé a comprar objetos para decorar, entré a una tienda en el Drugstore. La vi y dije: "Chucha, lo que andaba buscando". No me atreví a hablarle y me devolví. Entonces empecé a ir todos los días a comprar. Llegue a coleccionar 42 piezas. Siempre le preguntaba cosas, hasta que un día me dice que si no la invitaba a mi departamento no me podía recomendar más objetos. Ahí empezamos a salir.
Si se hubieran hecho primarias en Providencia yo le ganaba a Josefa Errázuriz. La dirección comunal del Partido Socialista, partido del que soy militante, me había preguntado si es que podía ir en una lista como alcalde por Providencia. Se iban a hacer unas primarias, pero al final se suprimieron. Me di cuenta de que todo estaba armado para que la Pepa fuera la candidata. Lo más probable es que le hubiese ganado, aunque con Matthei estaba muy difícil. Si la gente vota por mí es porque de alguna manera soy transparente, no un huevón de mierda.