No me siento una persona ególatra ni vanidosa. No me creo más de lo que soy, tomo todos los días el metro para ir a trabajar. Tengo ciertas credenciales y una carrera académica respetable, pero son cosas que no tengo por qué echárselas en la cara a la gente.

Nací en Perú y luego pasé por cinco ciudades distintas en Chile. Crecí en hartos lugares diferentes, porque mi papá es pastor de la Iglesia Adventista y viajaba mucho. La gente siempre te pregunta cómo era esa vida, como si lo normal fuese solo la forma en que ellos crecieron. Lo normal era cambiar de casa cada dos o tres años y me parecía perfectamente entretenido. Encuentro aburrida la idea de crecer en un solo lugar toda la vida.

Mi vida en Estados Unidos fue la de un inmigrante. Llegamos a un suburbio de Chicago sin saber nada de inglés. Supongo que me sentí discriminado por ser latino. Estados Unidos es como una selva, siempre lo vi así. Es un país difícil, pero que te ofrece oportunidades y si trabajas las puedes conseguir. Me encantaría que Chile se pareciera más a Estados Unidos en un montón de dimensiones.Si me das a elegir, prefiero vivir en Nueva York que en Chile.

Encuentro una vergüenza los hijos mamones, que tienen más de 20 años y viven con sus padres. Yo dejé de vivir con los míos a los 18 años. Trabajaba, estudiaba y pagaba mis cosas. A esa edad hay que irse. ¿Te van a estar lavando la ropa? ¿Te van a hacer la comida? Ponlo así: si no vives solo, no tienes derecho a voto. A mi hijo lo voy a educar de esa manera, para que sea independiente.

Soy amigo de ME-O. Conversamos siempre, aunque claramente no está en su mejor momento. También tengo amistad con Manuel José Ossandón. Mi mujer trabaja en su comando, pero personalmente no tengo relación con su equipo. Es más, discrepo de varias de las cosas que hacen.

Si no tienes una buena cuenta troll en Twitter no eres nadie. Los trolls son admiradores que te dedican mucho tiempo. Son tipos enamorados de ti, como los niños que empujan a las compañeras que les gustan. La cuenta de Duck Navia es muy buena. Esa persona tiene todo mi respeto, admiración y agradecimiento. Lo tomo como una especie de homenaje.

Lo que hace Axel Kaiser es equivalente a lo que hace Alberto Mayol. A Mayol le tengo más cariño, me recuerda a los pastores evangélicos que predican el fin del mundo. En 2011 anunció que se acababa el modelo y ahora anuncia que se acaba la elite. Sigue prometiendo lo mismo, como los brasileños que intentan predecir los terremotos. Es igual a Kaiser, que dice que en cualquier momento vienen los comunistas a comerse a los niños. Ambos son activistas y no académicos.

La carta filtrada apoyando a Piñera no significó mucho para mí. Los políticos son incontinentes y naturalmente se filtró esa carta. En ese momento era columnista de La Tercera y la filtró El Mercurio. No me arrepiento de esa carta ni de lo que provocó. Hubo mucha gente de la Concertación que se enojó, como si hubiese sido culpa mía que la mayoría de los chilenos votaran por Piñera. Le mandé un mail a su correo personal expresándole mi apoyo, es evidente que la filtración corrió por su cuenta.

Sebastián Piñera siempre te dice tonteras. Es un tipo con muy poca inteligencia emocional. Una vez me lo encontré, preguntó si me iba de viaje, le dije que sí y me respondió: "No se preocupe, yo le cuido a su esposa". Siempre hace esas tallas desubicadas. Si me das a elegir, para irme sentado al lado dentro de un avión, prefiero a Bachelet. Ella sabría que quieres ir en silencio un rato y no te va a molestar. Piñera, en cambio, te va a interrumpir cada cinco minutos con sus chistes. Claro que para manejar el avión prefiero a Piñera.

Una vez un periodista se enojó porque no le di mi correo electrónico. Yo estaba en Nueva York, me llamó por teléfono y me preguntó si me podía hacer unas preguntas. Le dije que me escribiera un correo, que estaba ocupado. Me preguntó mi dirección y no se la di. ¿Por qué me voy a arrepentir de eso? ¿Te puedes conseguir el teléfono de alguien y no su e-mail? ¡Hay que ser bien ahueonado!