Histórico

Manos al Fuego vuelve a la pantalla con capítulos grabados en regiones

El programa de CHV tendrá una tercera temporada a partir de julio.

“Es interesante saber hasta qué punto una persona se engolosina con eso de ser regaloneado y seducido por un tercero que es tremendamente guapo”, dice Eva Gómez para explicar el éxito que ha tenido en la pantalla Manos al fuego. El programa de Chilevisión ha puesto a prueba, durante dos temporadas, la fidelidad de hombres y mujeres con cámaras ocultas y bajo la inquisitiva mirada de sus parejas. Además de la lealtad de los involucrados, hay un millón de pesos en juego, monto que varía según las tentadoras pruebas que logre pasar el que está siendo grabado por las cámaras de CHV.

Hasta el año pasado, eran $500 mil, pero la producción del espacio de telerrealidad aumentó la cifra para hacer todo aún más tentador para los dudosos. Junto a eso, el equipo que encabeza Gómez salió de Santiago para grabar los capítulos del tercer ciclo, los que están listos desde abril y serán emitidos a partir de julio. “Las suspicacias que se generan cuando alguien comienza a sentirse regaloneado por una chica o un chico muy guapo, son muy grandes. La gente acá en Santiago estaba sospechando mucho, buscaba las cámaras, y por eso salimos a regiones a grabar. La gente de regiones siente que en este país todo está muy centralizado y por eso no desconfían tanto cuando estas cosas les pasan a ellos”, explica la animadora. Andrea Vargas, productora ejecutiva de Manos al fuego, complementa la idea agregando que: “era demasiada la gente de regiones que nos escribía para poner a prueba a sus parejas, y muy pocos creían que llegaríamos a grabar más allá de Santiago”.

Melipilla, San Antonio, Iquique y El Quisco son algunos de los lugares que se verán en la nueva temporada del espacio. Según Gómez- que por el preinfarto que sufrió en marzo pasado no pudo estar presente en todas las grabaciones- ayudó a renovar el trabajo: “No hubo ninguna diferencia. Todos son iguales independientes del lugar donde viven, y la sensación de estar al límite de la infidelidad se vive igual acá, en el norte o en el sur. Fue un verdadero acierto salir de Santiago porque nos resultaron todas las historias, y en norte también hay mucho extranjero. Además, era pleno verano y la cosa estaba que ardía”.

Solo besos 

La primera temporada de Manos al fuego no contemplaba besos, porque la infidelidad se concretaba sólo con una mirada. En el segundo ciclo se incluyó el beso, con mucho éxito, lo que se mantendrá en los nuevos capítulos. Vargas ha sido testigo presencial de las variadas reacciones que han tenido muchos de los involucrados y su experiencia le dice que un beso es suficiente. “Para la finalidad de nuestro programa no necesitamos más que eso. Nosotros buscamos hacer algo entretenido y no dramático ni extremo. Nos preocupamos de no exponer tanto a la gente, y con un beso basta. Las tentaciones que le ponemos al participante es lo realmente atractivo”, enfatiza.

Gómez ha escuchado numerosos e interminables descargos de los que han puesto a prueba a sus parejas, y su conclusión es que “a la gente sólo le importa si hay beso. Aunque haya coqueteo, cariñitos, intercambio de teléfonos e invitadas a salir, no importa. Me he dado cuenta de que para muchos no tiene importancia el coqueteo de la pareja con otro si no hay beso. La infidelidad se traduce sólo en dar besos, y de eso depende si hay perdón”.

Manos al fuego tuvo una primera temporada de ocho capítulos, y esta tendrá 12, lo que explica el éxito de rating que ha conseguido. “Qué ganas de ser mosca y estar metida ahí, para ver cómo se comporta tu pareja cuando no estás. Es el sueño de uno cumplido en otras personas”, finaliza Gómez.

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