A fines de los años 60, cuando ingresó como gerente de Estudios al grupo Bancario Hipotecario (BHC) y daba sus primeros pasos conformar el grupo empresarial que dominaría la escena económica nacional de los 70 y 80, Manuel Cruzat Infante conoció a tres ejecutivos que casi 50 años más tarde, lo involucrarían a él y lo que queda de su grupo de empresas en el denominado caso Penta.
Se trata de Carlos Lavín, Carlos Délano y Hugo Bravo, a quienes por esos años les hizo clases de inversiones y evaluación de proyectos en la Universidad Católica, luego reclutó para sus empresas, y posteriormente enfrentó como competidores en los mercados de seguros y salud.
"El año 1985 Délano y Lavín adquieren una compañía de seguros generales de Consorcio y nuestros caminos se separan", dice Manuel Cruzat en su declaración a la Fiscalía Oriente que lleva adelante las indagaciones del caso Penta. "El aprecio a ellos lo mantengo (...) nos hemos encontrado en algunas ocasiones en matrimonios o funerales", agrega.
Cruzat compareció ante los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena el 17 de febrero y ayer se levantó la reserva sobre su declaración. En ella, el empresario que a través de su grupo de empresas dominara el 5% del PIB nacional hace 40 años, cuenta parte de trayectoria, su relación con los controladores de Penta, y niega que él y sus hijos tuvieran conocimiento de los más de 100 contratos forward que firmaron sociedades y ejecutivos de ambos grupos entre 2008 y 2012.
"Conocí esas operaciones el día 28 de enero de 2015 a las 16 horas. Hasta ese momento yo no conectaba las palabras Penta, ejecutivos y forward", dice Cruzat en su declaración. "Mis hijos y otros apoderados firmaron contratos sin saber qué firmaban. Lo hicieron como segunda firma", agrega el empresario.
Según Cruzat, se realizaron 102 operaciones forward entre ambos grupos: 42 de entrada a dos de sus empresas, CB Consultorías y Proyectos y Forestal Valparaíso; y 60 de salida a diversas sociedades de Empresas Penta, entre ellas, Inmobiliaria Duero, Los Estancieros, Inversiones Penta III, Inversiones Piedra Roja II, Inversiones Penta, Inversiones Banpenta y Challico. Todos esos contratos fueron intermediados por parte del grupo Cruzat por los ejecutivos Iván Rojas y Mauricio Pinto, sostuvo.
"Ese día a las 16 horas me fue a ver Iván Rojas y me cuenta que Mauricio Pinto y él habían hecho operaciones forward con Penta. Me dice que ha hecho una lista de operaciones (...) que asumía total responsabilidad, que no estaba en conocimiento del resto de la organización ni de la segunda firma", relata Cruzat.
En esa línea, agrega que Rojas reconoció que dichas transacciones se realizaban para "pagar bonos o participaciones a ejecutivos de Penta" y que eran operaciones "calzadas y que dejaban un ingreso para CB del orden del 1%" y que "nunca se había puesto en riesgo la empresa bajo ningún aspecto".
Además, Cruzat revela que Pinto y Rojas recibieron pagos personales de Penta para llevar adelante estas operaciones y que éste último renunció al grupo, pero que "lo estamos evaluando", pues "ha sido una pieza muy importante en estos últimos tres años en nuestras actividades".
Querella por forward
La declaración de Cruzat se conoce a dos días de que el Servicio de Impuestos Internos (SII) se querellara por delito tributario en contra de Délano, Lavín, Bravo y otros ejecutivos del grupo Penta. En su acción legal, el SII no incluyó al grupo Cruzat, aunque sigue evaluando esas operaciones.
Felipe Moraga, socio del estudio Marinovic & Yuseff y abogado del grupo Cruzat, dijo estar satisfecho hasta ahora con la indagatoria del caso, pues ha sido "transparente" y "objetiva" para el Grupo Cruzat, "sin caer en presiones mediáticas ni políticas para imputar delitos apresuradamente".