Sólo se escuchaban pifias. Manuel García había dejado el escenario hace unos minutos con antorcha de oro y plata, además de gaviota de plata. Pero el público no sólo quería más canciones, sino que más premios.
"Soy una persona con suerte por estar aquí, soy alguien a quien los sueños se le cumplen. Ahora soñaré poder hablar, prontamente, con el Presidente de la República para contarle, con respeto y con cariño, que la gente lo está pasando mal en Cabildo, en Dicharo, en Aysén, y los niños mapuches lo están pasando mal en Temuco, y que los estudiantes no lo dejarán dormir si usted no los deja soñar". Con esas palabras, Manuel García hablaba a la Quinta Vergara, en su debut en el Festival de Viña del Mar.
Y fue con canciones como La gran capital y Piedra Negra, que el cantautor nacional se ganó a un público que cantó y bailó junto a él, aclamando su nombre.
"Este es el show de un jurado", dijo, antes de comenzar su canción Reloj, la última previa a la intervención de los animadores.
Ante los aplausos y clamores del público, Rafael Araneda y Eva Gómez le hicieron entrega de las antorchas de Plata y Oro, que García agradeció recordando su paso por el programa Casi en serio y la suspensión de la competencia folclórica. Luego, guitarra en mano, finalizó su presentación interpretando El viejo comunista, ante un Monstruo que coreaba.
Pero el público pedía más, y ya cerca de las 1.30 horas de la madrugada, Manuel García recibía la Gaviota de Plata. "Yo con esto me voy más que satisfecho", agradeció el cantautor nacional, para dar paso a la competencia folclórica.
Pese a los esfuerzos de los animadores, que intentaron negociar con el público, el artista tuvo que regresar. "Gracias por recibir a la señora guitarra", dijo, antes que Araneda anunciara que, además, se llevaba el premio mayor, la Gaviota de Oro. El artista agradeció, cantando Los colores a capella, y pidió respeto por el folclore internacional.