Las últimas semanas en los mercados financieros han sido de vértigo, con los principales índices bursátiles en EEUU cayendo apanicados por la eventualidad de que la Reserva Federal (Fed) retire liquidez de las plazas, y luego, experimentando sendos rebotes al reaccionar a buenos datos económicos.

El temor a que la Fed reduzca sus compras de bonos, parte del llamado relajo cuantitativo con que ha hecho fluir el crédito en la mayor economía del mundo, ha golpeado también al mercado de renta fija, con la tasa de los bonos del Tesoro de EEUU de 10 años subiendo casi un punto porcentual en los últimos dos meses, hasta tocar el martes un récord de 2,6%, la más alta desde mediados de 2011.

Todo esto es una "sobrerreacción" del mercado, mientras que el probable retiro de liquidez por parte de la Fed es consecuencia de una reactivación en EEUU que, aunque modesta, "ya es sostenible", asegura el socio y estratega de inversiones de Compass Group, Manuel José Balbontín.

Desde el estado de Colorado, el chileno ve en la serie de correcciones que ha experimentado el mercado una oportunidad de compra, identificando valores atractivos tanto en acciones como en renta fija (ver recuadro).

Esto, por cuanto "cualquier retiro que haga la Fed de su programa de inyección de liquidez lo hará en forma moderada y en paralelo a la liquidez que, a su vez, empezarán a proveer empresas, privados y bancos, en la medida en que el crecimiento en EEUU siga confirmándose en 2%, de manera que al final el mercado no sufrirá una salida de liquidez neta", explica.

El ejecutivo cree que la volatilidad y el nerviosismo seguirán conviviendo con los inversionistas en los próximos meses, pero claramente, los fundamentos de la economía global lucen mejor.

En el ámbito nacional, Balbontín dice no preocuparse demasiado por la desaceleración de la economía nacional -ésta tiene las bases para seguir sólida en el mediano plazo, opina-, pero sí advierte sobre los efectos que pueden tener en la inversión los cuestionamientos preelecciones al modelo económico (ver nota secundaria).

En general, ¿cómo ve la situación de los mercados para este segundo semestre y el próximo año?


Veo que la economía mundial está mejorando. Latinoamérica está creciendo en forma bastante sólida, en torno a 4%, y los países emergentes de Asia, más que eso. EEUU se expande a 2%, Europa avanza muy poco y Japón muestra ciertas cifras de mejora después de su relajo cuantitativo. Claramente, el mundo está mejor. Ahora, creo que la salida de esta crisis conlleva nerviosismo y eso va a seguir en el mercado. La volatilidad no se va a acabar en los próximos seis meses.

¿Cómo ve la posibilidad de que la Fed comience a retirar su política de relajo cuantitativo?


Lo que está pasando era de esperarse. La economía americana está mostrando signos sostenibles de recuperación, no sólo de lo que fue la causa original de la crisis, el sector construcción y el precio de las viviendas, con sus precios subiendo consistentemente. Si a eso se agregan las cifras económicas -que si bien no son muy fuertes indican un crecimiento de por lo menos 2%-, era de esperar que la Fed empezara a considerar el retiro de esa inyección de liquidez que viene haciendo hace años.

Esa liquidez debía reemplazar la falta de flujo crediticio privado.


La realidad es que en el mercado global hay muchísima liquidez. Las empresas en EEUU tienen muchísima en sus balances y en el mundo en general, el ahorro de los privados es muy líquido. Todo lo que es money market funds, inversiones de corto plazo y depósitos bancarios como porcentaje de la inversión de los individuos, es muy alto. Los bancos en EEUU están muy bien capitalizados y, en general, en Europa también. Han estado prestando menos de lo que el mercado hubiera querido y lo que hacía la Fed es que, dado que esa liquidez no estaba siendo usada, inyectaba lo necesario para gestar esta recuperación. Ahora que vemos que ésta ya es sostenible, que la economía crece, que la confianza del consumidor mejora y se ve mayor reactivación de la parte bancaria, claramente es momento de hacer el retiro. Al final, la Fed lo hace por razones positivas: la economía está mejorando, no empeorando, y todavía no hemos visto signos de inflación en EEUU ni de sobrecalentamiento. Entonces, la respuesta del mercado fue una sobrerreacción, más que nada.

El retiro del relajo debiera empezar cuando el desempleo baje del 7,6% actual a 7%. ¿Cuándo cree que podría ocurrir eso?

Es difícil saberlo. No hay indicaciones claras en el corto plazo de que la cifra de desempleo va a bajar en forma importante. Lo que sí está claro es que se está creando empleo. Pero va a ser lento, porque personas que se habían salido de la masa laboral, desalentadas por no encontrar trabajo por mucho tiempo, ahora están volviendo. Puede que sigamos viendo una creación de empleo relevante, pero que la cifra se mantenga sobre 7% por lo menos seis o 12 meses más.

¿Cómo impactará el fin de esta política en los mercados emergentes y, en especial, en América Latina?

El anuncio de retiro, junto a lo que hemos visto en China, claramente ha impactado en esos mercados, que generalmente son más volátiles, que sufren más con las caídas. En la medida que esta disminución de liquidez se haga en forma ordenada, como creo, y se siga confirmando la reactivación en EEUU y el resto de los actores del mercado provean liquidez, el impacto en sí no será malo. Insisto, este retiro es respuesta a una mejora económica en EEUU, y eso es positivo. Ahora, al mejorar EEUU, los flujos de caja e inversión vienen más hacia EEUU y las empresas, como están teniendo utilidades atractivas, atraen esos flujos. Eso compite con los flujos de capital que van a los mercados emergentes y a Latinoamérica. En el corto plazo, eso pone cierta presión en esas plazas y también tiene un impacto el hecho de que el dólar se aprecia. Pero nada de eso hace que la recuperación económica y el valor que hay en los emergentes y en Latinoamérica se destruyan.

¿Cuál es su impresión sobre el temor a que China tenga su propia crisis crediticia?

No creo que haya una en sí. China debe pasar desde un modelo de crecimiento basado en inversión en infraestructura y exportaciones, en que el consumidor no veía gran parte de ese beneficio, a uno en que crezca por la mejora de la calidad de vida de sus habitantes y el crecimiento del consumo interno. Ese proceso se está dando, pero conlleva cierto nerviosismo, porque si se retira el gasto en infraestructura muy rápido y el consumo no crece a mayor velocidad, China podría desacelerarse. Yo no creo en un aterrizaje forzoso en China; pienso que puede crecer entre 6% y 8%, con promedio de 7% o 7,5% y que el aumento del consumo va a tener un rol predominante en el crecimiento económico. Eso tampoco es malo para el mundo, porque si bien no crece al 9% u 11% como antes, la desaceleración será moderada.

¿Es suficiente eso para sostener el precio del cobre al nivel actual?

Por un lado, tenemos una disminución en el gran gasto en infraestructura que estaba teniendo China, pero eso está compensado por la mejoría del consumo ahí y el crecimiento en EEUU y en los emergentes. El precio del cobre y de los minerales va a seguir bien apoyado. No creo que su precio tenga una corrección importante. Llegó a ciertos niveles quizás excesivos, pero creo que va a seguir bien demandado, y no me extrañaría que de aquí a un año o un año y medio, volvamos a ver cierta presión al alza del precio.

¿Es posible que el cobre baje en el corto plazo a menos de US$ 3?

Creo que no va a bajar mucho más. Acordémonos de que el precio de los commodities tiene un factor de especulación financiera. Pienso que la demanda real por cobre va a seguir relativamente sostenida y, por lo tanto, el precio en el mediano plazo debiera mantenerse similar al actual.

¿Es probable ver renovada volatilidad en Europa al temerse que Italia requiera un rescate?


En Europa vamos a volver a ver momentos de inestabilidad. Italia claramente es uno de los países en situación delicada y creo que el resto de la región va a tener que apoyarlo. Sin embargo, considero que todo eso va a seguir estando bajo control por parte de la Unión Europea y que no va a ser caótico como la vez pasada. Sí vamos a tener volatilidad y nerviosismo en los mercados, eso es un hecho, pero creo que en una situación más normal.

El crecimiento en Europa va a seguir siendo lento, por lo menos en los próximos seis meses a un año, pero la situación de a poco se empieza a controlar y creo que hay mayor acuerdo en lo que hay que hacer. Que Italia no será capaz de pagar su deuda o que la UE no va a apoyarla si es necesario, lo dudo.