Las esperanzas eran pocas, pero ayer se diluyeron minuto a minuto en el Camp Nou. Manchester City se ha convertido en un equipo irregular, inconsistente. Y con eso, no le ha alcanzado para volcar la llave ante Barcelona, luego de la caída de 2-1 en Inglaterra.
Los catalanes aprovecharon ayer muchas de las fallas de los Citizens, como, por ejemplo, las facilidades que dan los celestes a cuadros de muy buen pie. Por eso, Iván Rakitic, Andrés Iniesta y Lionel Messi se movieron con tranquilidad y armaron con velocidad y precisión sus ataques, sobre todo cuando recuperaban balones y salían en contragolpe.
Por esas mismas razones no fue extraño que, a los 31', Messi saliera en contraataque y habilitará a Rakitic, quien metió un sombrero ante el achique desesperado de Joe Hart. Ese golazo no sólo aumentó el grado de dificultad que enfrentaban los ingleses, sino que, también, era el premio para el Barça, que manejaba el balón casi sin contrapeso. Incluso dos tiros en los postes evitaron que el asunto se cerrara con una ventaja más amplia para los locales en la primera etapa.
El segundo tiempo, de cualquier modo, ofreció algunas emociones inesperadas, como a los 64', cuando el City tuvo el empate en una ocasión desperdiciada de modo increíble y, luego, con una rápida respuesta organizada por Neymar y mal concluida por Messi.
La escuadra de Manuel Pellegrini entendió, en esos momentos, que tenía menos de media hora para buscar al menos una victoria por 2-1 que le permitiera ir al menos en los penales.
Por eso hubo, en términos generales, un adelantamiento de las líneas visitantes. El esfuerzo, no obstante, fue insuficiente; el Barça no se vió realmente angustiado por los ataques ingleses y, a la inversa, tuvo posibilidades variadas, como un gol anulado a Jordi Alba y un mano a mano de Neymar ante Hart.
En eso estaban cuando Sergio Agüero se agenció un penal -ante una falta mínima de Gerard Piqué-. El argentino, sin embargo, pateó de muy mala forma: casi al centro, apenas a la derecha y a media altura. El alemán Marc-André ter Stegen manoteó con comodidad y hasta ahí llegó la esperanza. Esa era la llave, desperdiciada, que hubiera abierto la puerta a una hazaña de los Citizens que nunca llegó. Incluso, si hubo una figura fue precisamente Hart, quien evitó que la derrota fuera aún más amplia.
Con esto, el City y Pellegrini suman un nuevo fracaso en la temporada. Les queda la opción de la Premier, pero sus chances resultan cada vez más lejanas, pues están a seis puntos del líder Chelsea, que además ha disputado un partido menos. La duda ahora es si en Manchester tendrán la paciencia para tolerar una temporada sin el más mínimo éxito para el "Ingeniero".