Si hay un síntoma gráfico de lo que ha pasado con la Muestra de Dramaturgia Nacional en los últimos años, es el tamaño de la cobertura en prensa: pasó de artículos a breves. "Me parece que la Muestra no ha estado respondiendo a las necesidades. Creo que tiene que volver a ser un hito central de la agenda teatral nacional", dice Manuela Infante (33), nueva directora del certamen que en sus últimas ediciones presidió Cristián Figueroa, Néstor Cantillana y Luis Ureta.
Han pasado 18 años desde que se creó la Muestra de Dramaturgia para incentivar la producción y el desarrollo del los textos dramáticos locales. Por ahí pasaron obras de Juan Radrigán, Marco Antonio de la Parra, Ramón Griffero y Benjamín Galemiri, entre muchos otros. Infante recuerda esos primeros años donde "la muestra y el espíritu de confrontación o de intercambio artístico eran muy estimulantes". Pero el certamen organizado por el Consejo de la Cultura ha vivido muchos cambios desde entonces. Ahora su nueva directora planea varios más para la edición XVI que se realizará el 2014.
"Va a ser una versión experimental. Esta es una Muestra para repensar la Muestra. No es que crea que siempre tiene que ser así, pero sí creo que se necesita reagrupar una cantidad de gente para tener un espacio para pensar cuál es su rol, cómo queremos que sea", cuenta la autora de Cristo.
Está claro. Lo que Infante quiere es que la Muestra vuelva a jugar un rol relevante en la escena teatral. Por eso aceptó el cargo, por eso y porque hace años ve como un problema en el mundo de las tablas locales el aislamiento de la gente de teatro y espera que el certamen pueda ayudar a formar comunidad, que sea un oasis amparado por el Estado. ¿Cómo?
Aunque aún le quedan dos semanas al Concurso de Dramaturgia y falta un año para la Muestra en que se presentarán las obras ganadoras, Infante ya tiene líneas definidas. El proceso de montaje será más largo. Durará cerca de cinco meses y se mostrará el resultado en noviembre del 2014 en un espacio aún por definir.
El proceso de montaje será multidisciplinario, donde además de actores y directores participarán, por ejemplo, teóricos y los propios dramaturgos premiados, que podrán ser parte activa de la decisión de lo que se hará con sus creaciones. Así, de paso, Infante pretende hacerse cargo de la forma colaborativa en que hoy se hace parte de la dramaturgia. Y todo este proceso será abierto. "Estamos ideando una serie de estrategias a favor de que la gente no sólo vea la Muestra como resultado, sino que pueda de alguna manera encontrarse con lo que significa la colaboración, para democratizar el proceso creativo", cuenta. La forma la está definiendo, pero es probable que además de estar físicamente abierto al público, se haga visible a través de la publicación de material crítico.
Las personas que participarán son otro tema de particular interés para Infante. Porque la importancia de la Muestra obviamente depende también de quiénes trabajan en ella. "Que estén los que están haciendo el teatro que la gente está viendo. Y hay un esfuerzo particular de recuperar a los escritores y los directores emblemáticos, porque esta cosa de generación nuestra que cree que hace teatro sin referir a la tradición y los conocimientos de los más viejos es una pendejada".
La Muestra además tendrá una línea regional. La idea es no sólo que las obras ganadoras viajen por el país, sino que las mejores creaciones de regiones se muestren en sus lugares de origen.
Así busca no sólo acercar la comunidad teatral, sino su vinculación con el espacio. "Es súper importante la gestación local, porque pienso que en los últimos años estamos mirando mucho para afuera, para irnos y para obtener referentes. Es imprescindible recuperar una trinchera de validación local".