El accidente laboral ocurrido en Chile Chico, donde dos trabajadores de la mina Cerro Bayo quedaron atrapados, volvió a poner en el debate la seguridad laboral en el país y si las exigencias actuales a los empleadores son suficientes para garantizar la integridad de los trabajadores en las distintas faenas de trabajo.
En este contexto, Chile cerró 2016 con una tasa de accidentabilidad laboral de 3,6%, según datos de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), y fueron liderado por el sector de manufacturero con 4,9%, transporte con el mismo porcentaje y construcción con un 4,6% (ver gráfico).
En el primer trimestre de este año se produjeron 45.033 accidentes de trabajo, superior a los 43.402 accidentes de 2016 y a los 44.646 de 2015.
A juicio del superintendente de Seguridad Social, Claudio Reyes, "en la última década hemos visto una reducción importante en la tasa de accidentabilidad de Chile, que hoy se ubica en 3,6%. Pero no es algo que debería dejarnos contentos, porque aún tenemos algunos focos de resistencia a esta baja. La cifra de los accidentes de trayecto, por ejemplo, es resistente a la baja y más bien tiene una leve tendencia al incremento", aseguró Reyes. La autoridad indicó que la meta del gobierno es llegar a una tasa de 3% en 2020.
Rol del empleador
"Quien tiene que velar por la seguridad de los trabajadores es el empleador, siempre", enfatizó Reyes.
En el mundo privado, la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) son algunos de los gremios que monitorean la accidentabilidad.
"Si miramos las estadísticas, desde 2007 a 2016 en el Sistema Privado de Mutuales en las empresas adheridas disminuyeron los accidentes. Pero, lo más positivo es que aumentó el número de trabajadores protegidos o con cobertura de la Ley 16.744. Hace 10 años esto era impensado (...) Pese a haber aumentado el número de accidentes en el primer trimestre, lo más probable es que en 2017 siga la tendencia a la baja en el número total de accidentes y con aumento de los trabajadores cubiertos o protegidos por las Mutualidades", destacó Ernesto Evans, representante de la CPC en el Consejo Consultivo de Salud y Seguridad en el Trabajo.
Desde la CChC, Antonio Errázuriz, presidente de la Comisión de Seguridad y Salud Laboral del gremio, señaló que en el sector están impulsando la campaña "Cero Accidentes Fatales", que busca aumentar la participación de los empresarios en esta materia. Indicó que si bien la tasa de accidentes del sector "puede parecer alta" si se la compara con el promedio nacional o la tasa particular de otras actividades productivas, "si analizamos su evolución histórica vemos que esta es la actividad productiva en donde se ha verificado la mayor disminución porcentual en el último tiempo, pasando de 7,9% en 2007 a 4,6% en 2016, una baja en 10 años de cerca de 50%".
El consejero de la Sofofa Fernán Gazmuri, es más crítico de esta evolución y planteó que "son cifras que obligan a hacer mejor las cosas. Es necesario seguir avanzando hacia una real cultura preventiva, en que tomemos mayor conciencia de los riesgos a los que estamos expuestos permanentemente, tanto en nuestros lugares de trabajo como fuera de ellos".
Reyes comparte ese punto y criticó que "nuestra política aún adolece de un enfoque curativo, es decir, se produce el siniestro y hay una compensación (...) Falta poner acento en la prevención, en que el hecho no ocurra, no en paliar el efecto. Hace falta que las políticas públicas comiencen a apuntar en ese sentido".
Falta coordinación
La coordinación entre las entidades encargadas de realizar las fiscalizaciones es otro aspecto a mejorar, reconoció la Suseso. "Son tres los organismos que tienen roles fiscalizadores: la Superintendencia de Seguridad Social, los Seremis de Salud y Sernageomin. No hay una coordinación exacta entre las entidades y, por eso, hay una excesiva burocracia para fiscalizar y monitorear el tema", admitió Reyes.
Si bien la autoridad destacó los avances, como la suscripción del convenio 187 de la OIT, aseguró que "hay una serie de aspectos de la seguridad en el trabajo en los cuales estamos débiles y en eso hay que avanzar ahora".
Coincidieron desde la Sofofa. "No es suficiente con hacer exigencias vía regulación. Se necesita fomentar el desarrollo de una cultura preventiva en el país y asegurar las condiciones para el desarrollo de metodologías y sistemas de gestión en seguridad que efectivamente impacten en los índices de accidentabilidad", dijo Gazmuri.