No suele provocar orgullo ni se les muestra a los turistas como una gran atracción. De aguas color café, más bien escuálido, salvo cuando las lluvias intensas de cada invierno lo hacen crecer, el río Mapocho es más bien "fome". Y hasta hace un año, sucio, contaminado, maloliente y lleno de gaviotas que se alimentaban de las basuras que traía su cauce, y foco de contagio de enfermedades como hepatitis, tifus y cólera.
El proceso de cambio duró casi dos años, pero el resultado final sorprende. Mientras la ciudad seguía su marcha, una silenciosa y casi imperceptible revolución se llevaba a cabo en su ribera: el proyecto Mapocho Urbano Limpio, de Aguas Andinas, convirtió al río en uno limpio, descontaminado y libre de olores, al evitar las descargas de aguas servidas en su cauce. El patito feo no se convirtió en un cisne glamoroso, pero sí en un pato adulto, responsable y al que no hay que esconder ni evitar.
La próxima etapa podría ser su transformación en un río navegable que concentre múltiples actividades turísticas y de recreación. Pero ese ya es otro proyecto.
PARTE DE UN GRAN PLAN
Desde hace más de 10 años Aguas Andinas, concesionaria del sistema de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas de gran parte de la Región Metropolitana, impulsa el plan de saneamiento de la cuenca de Santiago, que incluye el río Maipo, el Zanjón de la Aguada, el canal San Carlos y el río Mapocho, además de varios otros cauces menores. Al comenzar el plan, sólo el 3% de las aguas servidas de la zona eran tratadas; hoy esa cifra llega al 90% y alcanzará el 100% el próximo año.
Según explica Christian Esquivel, encargado de comunicaciones y vocero de Aguas Andinas, esto es parte de un ambicioso plan estatal global que también incluye a las regiones, en cada una de las cuales las concesionarias deben realizar las inversiones necesarias para proveer tanto de agua potable, alcantarillado y el 100% de tratamiento de las aguas servidas. Esto convertirá a Chile en un país con estándares de país desarrollado en la materia. Ya las cifras que hoy se manejan lo ubican como líder en América Latina.
Las primeras etapas del plan de Aguas Andinas se centraron en el río Maipo y el Zanjón, los que hasta entonces estaban convertidos en basurales y cloacas públicas. Para revertir esto, se instalaron colectores que evitaron las descargas de aguas servidas y éstas se llevaron a las nuevas plantas de tratamiento de La Farfana y El Trebal, en la zona poniente. Luego de ser tratadas, estas aguas son devueltas al cauce del río Mapocho para riego, sin riesgo para la población y los alimentos.
Faltaba una última etapa, la que fue bautizada como Mapocho Urbano Limpio: la construcción de un colector que interceptara nada menos que 21 descargas de aguas servidas que se realizaban en este río. Las obras comenzaron a fines de 2007 y fueron inauguradas en marzo de 2010.
DETALLES DEL PROYECTO
El proyecto, ideado por el área de ingeniería de Aguas Andinas, consistió en la construcción de un túnel colector que intercepta 21 descargas de aguas servidas que antes se vertían directamente al río. Este túnel tiene un diámetro que va de 1,4 a tres metros -debido al aumento del caudal por captación de más descargas- y se ubica en forma paralela al río entre la Rotonda Pérez Zujovic (Vitacura-Las Condes) y las plantas de La Farfana y El Trebal, aguas abajo, en el sector poniente. Su profundidad varía desde los cuatro a los 12 metros debido a que necesita pendiente para que el agua circule. El colector atraviesa nueve comunas que ya han podido captar las diferencias entre el antes y el después del proyecto: Las Condes, Providencia, Recoleta, Independencia, Santiago, Quinta Normal, Cerro Navia, Pudahuel y Maipú.
En total son casi 29 kilómetros de túnel construido según el sistema Túnel Liner, que permite el armado total desde el interior. De esta manera, el impacto sobre la población fue mínimo al momento de la construcción.
Entre los beneficios del proyecto están, además de la reducción de la contaminación visual y de las aguas y erradicación de malos olores, la recuperación de las riberas para parques o zonas de esparcimiento y deporte.
El vocero de la empresa indica, asimismo, que del tratamiento de aguas servidas no sólo se obtienen aguas descontaminadas, sino subproductos, como biogás y biosólidos o materia orgánica, con la cual se están realizando investigaciones para aprovecharlos como abono.
La inversión de Aguas Andinas en este proyecto sumó unos US$ 120 millones, a los que se agregarán US$ 200 millones más por la nueva planta de tratamiento Mapocho, que se construye a un costado de El Trebal y que estará operativa en 2012. Con ella, el 100% de las aguas servidas de la región serán tratadas y devueltas saneadas al río, pudiendo utilizarse para riego. Aguas Andinas lleva invertidos casi mil millones de dólares en todo el plan de saneamiento de Santiago.
EXTRACTO DE LA CLASE: LA CALIDAD COMO PARTE ESENCIAL DEL PROYECTO
La dimensión de calidad de un proyecto es tan importante como el alcance, el plazo y el costo. Significa aspirar al estándar más alto y no quedar satisfecho con un nivel menor al esperado.
Para asegurar las condiciones de éxito del proyecto desde el punto de vista de la calidad es necesario cumplir con la planificación de la calidad, el aseguramiento de la misma y el control de calidad.
La calidad está focalizada en los entregables del proyecto y está dada por la conformidad con lo requerido (compliance with requirements) y por lo adecuado para el uso (fitness for use).
Entre las dificultades para alcanzar la calidad está el hecho de que un proyecto es un esfuerzo temporal, es decir, que se realiza con un equipo formado especialmente para él, entonces, ¿qué grado de compromiso tiene el equipo con los entregables si el equipo no existirá cuando se usen estos entregables?
Durante la planificación de la calidad es indispensable identificar los estándares relevantes y la forma de alcanzarlos. Algunas entradas son los factores ambientales de la empresa (regulaciones, normas, guías); los activos de los procesos de la organización (políticas más específicas, procedimientos, experiencias previas); y el enunciado del alcance del proyecto, que documenta los principales entregables.
En tanto, el aseguramiento de la calidad es el conjunto de acciones sistemáticamente planificadas para proveer herramientas adecuadas para que el producto, servicio o proceso cumpla con los requisitos establecidos. Generalmente las herramientas las provee una Gerencia de Calidad experta en temas como benchmarking, experimentos y auditorías de calidad.
Por último, el control de calidad incluye técnicas y actividades para supervisar los resultados específicos del proyecto y determinar si cumplen las normas. También se usa para eliminar las causas de los resultados insatisfactorios. Entre las actividades de control se incluyen la validación, verificación y revisión.
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