Mar del Plata todavía tiene cuerda. Ubicado a 404 kilómetros de Buenos Aires, es uno de los lugares preferidos de los porteños para veranear y de los turistas para llegar en marzo, cuando los precios bajan entre 20% y 40% con respecto a la temporada alta, y la entretención se mantiene.
Sus paisajes con dunas, extensas playas, casinos de juegos, museos, gastronomía y actividades continúan funcionando durante este mes y el próximo y, lo mejor, con mucho menos gente que en los meses anteriores, pero no vacía.
La oferta de descanso y mayor tranquilidad suena aún más atractiva para esta zona relativamente cercana a nuestro país.
Si bien en la entidad de turismo local quieren posicionarlo como un destino para todo el año, reconocen que los mejores meses para visitarla son éstos y hasta después de Semana Santa, debido a su clima todavía benigno, con temperaturas que suelen bordear los 20°C.
¿Precios? Por ejemplo, alojarse en el Gran Hotel Skorpios, ubicado en el sector de La Perla, en el centro de la ciudad, cuesta $ 23.000($ 180 argentinos más IVA la noche), mientras que en temporada alta el precio superaba los $ 35.000.
Otro establecimiento de gran ubicación céntrica y que tiene una atractiva tarifa en comparación a enero y febrero es el Hotel Flamingo, donde hoy una habiación doble está también a $ 23.000 ($ 180 argentinos), mientras que en el verano superaba los $ 45.000 por noche, con desayuno.
Para el día o la noche existen 436 restaurantes de las más diversas especialidades, siendo el puerto un lugar popular y recomendado para probar productos del mar.
El centro de la ciudad, también ofrece variedad gastronómica y tiendas con precios para todo bolsillo. Se puede comer en un tenedor libre por $ 2.500, pizzas por $ 1.500 y restaurantes más sofisticados por precios similares a los que podemos observar en nuestro país.
Para divertirse, el Casino Central, el Casino del Mar y el casino del hotel NH abren sus puertas toda la semana hasta altas horas de la noche.
VARIEDAD DE PANORAMAS MARPLATENSES
Además, a diferencia de otros balnearios donde finalizado el verano todo muere, acá todavía hay entretenidos panoramas y actividades: pasear en bicicleta, caminatas, karting por la costa y clases de surf, entre otras.
En Playa Grande se puede aprender a surfear por $ 9.000 ($ 70 argentinos) con todos los implementos necesarios incluidos. Asimismo, podrá volar en parapente por la costa, combinado con trekking por $ 20.00, es decir, $ 150 argentinos.
Pero si el plan es sólo descansar, tomar sol o dormir en la arena frente al mar, los precios de pasajes aéreos son un incentivo: desde US$ 99 hasta Buenos Aires según ofertas que está promocionando Lan.
El 10 de abril se realizará una de las más importantes celebraciones: la 56° Fiesta Fallera Valenciana Marplatense, la segunda que se realiza en el mundo (además de la española) y en la que se queman muñecos y se realizan animados cantos y bailes callejeros.
EL LITORAL Y SUS BALNEARIOS CLASICOS
Con 47 km de costa y más de 100 balnearios bien equipados -con reposeras, quitasoles y restaurantes-, Mar del Plata goza de una excelente infraestructura. Hacia el norte, destaca la playa La Perla. Luego aparecen las playas del centro, la mayoría con servicios, además de poseer una ubicación privilegiada, ya que están a sólo metros del centro. La más famosa y tradicional de todas ellas es La Bristol, testigo de los cambios sociales y culturales desde los años 20 hasta ahora.
Más al sur, en Varesse y hasta Cabo Corrientes, están las playas de aguas tranquilas, donde se puede realizar pesca deportiva y andar en moto de agua o kayaks. Un poco más allá, está Playa Grande, una de las más famosas y concurridas.
Para los más taquilleros están los sectores que se encuentran antes y después del Faro, donde se realizan fiestas después de la playa o affter beach y hay mayor vida nocturna. Estos son Honu Beach, Marbella, Ricardo Fort, La Morocha, La Reserva, El Balcón y Alfar, entre otras.
COMO LLEGAR
Vuelos a Buenos Aires desde US$ 99. Luego, se puede llegar a Mar del Plata en auto (cuatro horas, por la autovía 2), en bus (cinco horas), en tren (cinco horas y media) o en avión (45 minutos).