Los griegos lo llamaban lago Asfaltites, por la gran cantidad de asfalto que se encuentran en sus orillas. La Biblia jura que las ciudades de Gomorra y Sodoma fueron edificadas en sus orillas. Y en 1947 unos beduinos encontraron más de 3.000 fragmentos de manuscritos de unos 2000 años, los escritos bíblicos más antiguos conocidos hasta hoy. El mar Muerto es un lago salado en cuyas orillas se ha escrito buena parte de la historia de la humanidad.
Pero ahora, el lago compartido por Israel, Jordania y Palestina ha perdido un tercio de su superficie histórica, según alertó el grupo ambientalista EcoPeace Middle East. De acuerdo a esta organización, el nivel del mar ha descendido más de 25 metros desde la explotación de la región a principios de este siglo y su profundidad cae a una tasa de un metro anual.
Para el grupo ambientalista es una confabulación de factores la que está desencadenando este trágico escenario, tan trágico, que a este ritmo de desagüe, el mar Muerto podría estar literalmente muerto en unos 50 años.
Durante la década de los sesenta, acusa EcoPeace Middle East, Israel construyó un acueducto en la cuenca del río Jordan, histórico afluente del lago, que junto al desvío de otros cursos de agua han generado este escenario. A ello se suman las industrias de extracción mineral y, por supuesto, las transformaciones climáticas planetarias a causa del cambio climático.
Hoy, el lago cuya salinidad permite a la gente flotar sin inconvenientes -una de las grandes razones de su desbordante interés turístico-, no sólo palidece por la falta de agua, sino porque la poca que va quedando se está contaminando.
A inicios de mes, unos 30 nadadores de maratón de todo el mundo cruzaron los 14 kilómetros que separan Jordania e Israel de costa a costa.
Debido a los altos niveles de toxicidad en la zona, los deportistas debieron lucir máscaras faciales para proteger ojos y bocas. Uno de los nadadores describió la experiencia como si hubiera estado en un "lago de ácido".
"Es muy salado, y si pruebas el agua, ya no es agua salada. Es tóxica", resumió el fotógrafo Moritz Kustner, quien realizó una serie gráfica que tituló "El Moribundo Mar Muerto". "No es un solo país el que está castigando al mar Muerto, es toda la región", aseguró, citado por CNN.com.
Por ello, el año pasado, en un inédito acuerdo, Israel y Jordania firmaron un convenio por 900 millones de dólares donde se comprometieron a estabilizar los niveles de agua del mar Muerto.
La idea del acuerdo se resume básicamente en dejar de sacar agua del mar Muerto y comenzar a extraerla del mar Rojo. "Este es el más importante y significativo acuerdo suscrito desde el tratado de paz con Jordania en 1994", dijo el entonces ministro israelí de Energía y Recursos Hidráulicos, Silvan Shalom. Habrá que ver la factibilidad del plan.