Cerrado desde finales del año pasado, el Maracaná volverá a albergar un partido de fútbol el próximo 8 de marzo, cuando el Flamengo reciba a San Lorenzo en su debut en la Copa Libertadores 2017 (rivales de la UC), anunció este miércoles el club brasileño.
El mítico templo del fútbol lleva meses en estado de abandono a causa de un embrollo político-legal que enfrenta al concesionario privado del estadio con el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos 2016. El césped está amarillento, no hay electricidad y en las últimas semanas se registraron varios robos.
El Flamengo aseguró, sin embargo, haber llegado a "un acuerdo con el concesionario Maracaná SA" para organizar el partido, "tras un largo proceso de evaluación técnica de viabilidad", según el comunicado emitido este miércoles. El consorcio Maracaná SA -cuyo accionista principal es el gigante de la construcción Odebrecht- rechazó retomar la gestión del estadio en octubre, tras culpar al Comité de "no haber cumplido sus compromisos para devolverlo en las mismas condiciones en las que lo recibió".
Según el gobierno del estado de Río, propietario del recinto, el concesionario es el responsable de su gestión y una orden judicial obligó en enero a que Maracaná SA retomara la administración del estadio, pero el fallo fue apelado.
El Flamengo subrayó, de su lado, que el acuerdo que alcanzó con Maracaná SA para el encuentro es "puntual" y no existe "ninguna relación con el proceso de negociación de la concesión en curso". El consorcio depositó en junio de 2016 una demanda de rescisión del contrato de concesión acordado tres años antes por "no respetar las cláusulas originales". Dos meses después de su firma, el gobierno del estado de Río, de hecho, había cambiado las reglas de juego.
Cediendo a la presión popular, prohibió la demolición de una escuela y de los estadios de natación y atletismo adyacentes donde Maracaná SA debía construir un estacionamiento y un centro comercial.
Una gran oportunidad financiera perdida por el consorcio que anunció 173 millones de reales (más de 56 millones de dólares) de pérdidas acumuladas entre 2013 y finales de 2015.
Ahora, dos grupos franceses son candidatos a sucederle: Lagardère y GL Events, aunque el segundo estaría cerca de renunciar, según informó el diario O Globo. El servicio de prensa de la empresa explicó, sin embargo, a la agencia AFP que GL está todavía interesado, pero que no está dispuesto a aceptar los términos del contrato estipulado por Odebrecht, empresa que además se encuentra en el centro del megaescándalo de corrupción en Petrobras.