Maracaná pasará una prueba de fuego este domingo con el duelo amistoso entre las selecciones de fútbol de Brasil e Inglaterra, el primer partido a plena capacidad que alberga desde su remodelación el mítico estadio que será sede de la final de la Copa Confederaciones 2013 y del Mundial 2014.
Cerrado los últimos tres años por reformas, Maracaná, el templo del fútbol brasileño, reabrirá sus renovadas puertas un mes después de pasar el primer test con un duelo entre los amigos de Ronaldo y los amigos de Bebeto, que se disputó con aforo limitado.
Luiz Felipe Scolari, quien condujo a Brasil en la conquista de su quinto mundial en Corea/Japón 2002, tendrá además una valiosa oportunidad para definir la plantilla para su primer gran reto desde que regresase al banquillo de la "canarinha".
El equipo que represente a Brasil en la Copa Confederaciones, que comienza en 15 días, será la base del plantel que buscará en el Mundial de 2014 alzarse con el sexto título.
Scolari podrá tomarse revancha por la derrota por 2-1 sufrida en febrero ante los ingleses en el estadio de Wembley, en Londres, en su primer partido como técnico tras su regreso al frente de la "verdeamarela".
En tanto, los organizadores de Brasil 2014 deberán demostrarle a la FIFA que pese a todos los percances que rodearon la millonaria reforma -atrasos en los plazos de entrega, disputas por las obras en los alrededores de la arena y hasta una "amenaza" judicial que casi cancela el choque inaugural-, Maracaná está apto para recibir las importantes e inminentes citas deportivas.
En el "antiguo" Maracaná, ambos seleccionados se enfrentaron por última vez en junio de 1984, en un amistoso que Inglaterra venció por 2-0.
Este domingo, casi 30 años después, brasileños e ingleses entrarán a la flamante cancha en una situación muy diferente.
Mientras Inglaterra ocupa el séptimo lugar en el ranking FIFA y el segundo en su grupo en las eliminatorias europeas hacia 2014, puesto que la obliga a disputar el repechaje, Brasil ocupa un apagado décimo noveno lugar en el escalafón mundial, el peor de su historia.
Si los ingleses tienen a favor su posición actual, los brasileños poseen una sólida ventaja en lo que refiere a los duelos anteriores: de los 24 partidos disputados entre ellos, Brasil venció 11 e Inglaterra sólo cuatro.
De cara al desafío, "Felipao" pondrá en la cancha un equipo altamente ofensivo, con una delantera encabezada por el astro Neymar, y Fred, quien jugará aún sintiendo dolores por una fractura parcial en la costilla. Ambos serán apoyados por Lucas y Oscar.
"Inglaterra tiene una fuerte pelota aérea, juega a un ritmo muy veloz y, seguramente, le exigirá mucho a nuestro equipo", dijo "Felipao".
Por su parte, el guardameta Julio Cesar sostuvo que por tratarse "de un clásico del fútbol mundial -por más que sea un amistoso- nadie piensa en perder".
"Para eso necesitamos mucho del apoyo de la hinchada a lo largo de los 90 minutos", agregó en tono de apelo a la "torcida", que viene un tanto defraudada por el desempeño de su selección nacional.
Inglaterra, que empató recientemente 1-1 contra Irlanda en otro partido amistoso, no es indiferente al potente ataque de los locales.
"Una victoria de nuestra parte pasará, seguramente, porque seamos sólidos en el sistema defensivo, puesto que la selección brasileña va a sacar el máximo provecho de la habilidad de sus jugadores", dijo el técnico, Roy Hogdson.
"Para nosotros es una prueba maravillosa y deseamos mucho conquistar una victoria", agregó el entrenador, quien no contará en el ataque con el lesionado Daniel Sturridge.
En su lugar ingresará Jermain Defoe, quien formará la ofensiva inglesa junto a la estrella Wayne Rooney. Ambos integran el trío estelar de la selección inglesa, junto al mediocampista Frank Lampard, el "cerebro" del equipo.