La innegable pasión y energía que exudan sus shows también están presentes cuando Marc Anthony (44) se sienta frente a micrófonos y grabadoras para detallar la trama tras sus nuevas canciones. En abril pasado, en un hotel de Miami, el salsero, que ha protagonizado uno de los más extensos fenómenos de popularidad en la cartelera local, se reunió con diversos medios latinos -entre ellos La Tercera- para escuchar y presentar parte de su nuevo álbum (aún sin título), el primero con temas inéditos en nueve años y que sale a la venta el 23 de julio.
Tras escuchar el primer single, Vivir mi vida, el artista remata cada una de las composiciones con un chiste que transmite pura seguridad: "No se ha decidido, pero creo que éste va a ser el segundo sencillo". Pero hay otro detalle que también desnudan sus flamantes canciones: con tracks bautizados como Cambio de piel y el propio Vivir mi vida, y letras que hablan de viraje y reinvención, el álbum asoma como una implícita declaración de principios tras su divorcio con Jennifer Lopez, en abril de 2012, y su posterior romance con Chloe Green, la heredera de la firma británica de moda Topshop, 23 años más joven que el intérprete.
Pese al nuevo destino que tejen sus versos, la disquera exige no realizar preguntas personales. La semblanza del propio Anthony es coherente con esa petición: sentado en una mesa alta y ante una ventana que deja ver la bahía de Miami, el salsero no se saca sus lentes de sol y decide fumar varios cigarrillos, en un país donde ya nadie fuma en espacios públicos cerrados, actitudes que transmiten cierta distancia y leve nerviosismo con el cuestionario que está a punto de enfrentar. Aparte, muy en su estilo, mezcla con total soltura el inglés y el español, y promete amor eterno a Chile, al más puro estilo Julio Iglesias.
¿El hilo conductor de este disco es la idea de volver a empezar?
Sí, sí, en los últimos años reconocí que la vida es una sola y eso me ha cambiado mucho. Y lo digo en Vivir mi vida, y de esa idea nació este single. Pero en todos los temas, en todos mis discos, he vivido de cierta manera lo que hace el protagonista de las letras, porque siempre lo veo como peliculitas. Por eso en los conciertos, en medio de ciertas canciones, me tengo que cambiar desde el rol del hombre feliz al hombre amargo. Tengo que convertirme en un personaje. Y en este nuevo disco encontré algo en común en cada tema y lo fui uniendo.
¿Siempre se imagina como el protagonista de sus canciones?
No, no soy el protagonista, imagínate si así fuera mi vida... sería miserable (se ríe). Hay ciertas canciones que vinieron en el momento preciso, que vinieron en el momento en el que dije: "¡Wow!, esto es lo que estoy pasando, y la tengo que cantar". Pero no todo, porque sería un hombre miserable si me pasaran cosas así.
Da la sensación de que Cambio de piel coincide con su historia personal del último tiempo.
No, no, no. Cuando elijo una canción, tengo que aceptar si tengo algo en común con el protagonista. Con Cambio de piel me puse a pensar no sólo en la canción, sino que también en la melodía. Y fue gusto interpretarla, porque, como cantante, me curé.
¿Cómo escogió los temas para este nuevo álbum?
Es un proceso intenso. He oído más de 500 y tengo que vivir con las canciones durante años. Si ellas sobreviven en ese proceso y siguen conmigo después de dos a tres años es porque, de cierta forma, me siguen llenando. Incluso, he vivido con composiciones de las que he estado enamorado, pero luego en el estudio no pasa nada. En este trabajo son todos temas que han sobrevivido esa etapa y de las que sigo enamorado.
¿Por qué tardó tanto en lanzar un trabajo de corte inédito?
Porque así es. No grabo simplemente por grabar, y en eso tuvo mucho que ver "la muerte de la industria". Había muchos artistas que sacaban un disco cada seis meses simplemente para "guisar", como se dice, y buscar trabajo y hacer shows. El asunto es "si lanzo un sencillo, puedo hacer más shows", pero la música finalmente no nace de donde se debe. Lo tomo en serio y creo que cuando se termina el día, el producto es más... it's more me, it's my life in a record. Es mi vida y es un proceso que merece ese respeto.
¿Por que volvió a trabajar con Sergio George, productor de algunos de sus trabajos más exitosos?
Fue increíble, porque él ha madurado mucho. No sólo como hombre, sino como artista, como productor, como arreglista, y me di cuenta de la química que tenemos, que siempre estuvo, que siempre existía, pero esta vez me di más cuenta que nunca de que musicalmente somos la pareja perfecta. Tenemos esa marca, porque esta salsa nació con nosotros, hace 20 años, cuando no había nada.
Los últimos años también coinciden con su éxito en Chile. ¿Cómo ve hoy ese fenómeno?
¿Sabes? Yo fui hasta allá con mi corazón abierto, fui a conocer un pueblo después de tantos años de experiencia de viajar por el mundo entero. Y la primera vez fui buscando enamorarme, porque fue una de las últimas plazas que no había vivido. Me entregué totalmente y esa honestidad, esa sinceridad, lo recibieron. Tengo que decir que allá he vivido cosas que hasta el día de hoy, cuando me preguntan en privado cuál es EL lugar... siempre digo "Chile". Porque cada vez es un encuentro que es un amor, no sé, es como correr... it's like running into the arms of someone who you love (es como correr a los brazos de alguien que amas).
¿Qué es lo que más te parece atractivo de ir tantas veces a Chile?
Cómo se entregan completamente, no hay nada falso. Si les gustas, les gustas; si no, no. Y cuando te aceptan, es como estar en familia. Cada vez que me dicen "vamos a Chile", cambia cómo veo el mes, ya que voy a ir y me voy a curar. Porque obviamente mi trabajo es entregarme, pero que lo reciban de tal manera es un placer. Y eso es raro. Y te lo digo de todo corazón, porque he vivido lo opuesto. Definitivamente volveré, lo más pronto posible. Porque si hay un lugar en el mundo en el que quiero hacer el quinto, sexto y séptimo concierto es en Chile. Existe una energía única, única, única y única.