Matías es un chileno de 11 años y estuvo en Río Hondo para ver la tercera fecha del MotoGP, invitado por ESPN, al igual que La Tercera.  Desde la tribuna mira expectante el Gran Premio de Argentina. Los mismos pilotos que en los días previos vio paseando por los paddocks, los equipos con los que se cruzó en su hotel, los ingenieros que tuvieron la gentileza de regalarle un jockey. Todos ellos estaban ahora en la pista, en el box, en los controles. Eran protagonistas y el mundo los miraba por la televisión.

El ruido de los motores lo ha acompañado los últimos tres días, pero la partida de la primera carrera, la de Moto3, ya era ensordecedora. Matías no usa tapones, dice que haber ido al último concierto de Metallica forjó su resistencia. En la pista, nada de espectáculo de relleno, la tercera serie fue emocionante de principio a fin, con cuatro pilotos en una línea en el último giro y con el empujón que el ganador, el italiano Romano Fenati, le dio al australiano Jack Miller, para mandarlo al tercer puesto. Después vino el Moto2, con el fácil triunfo del español Esteve Rabat.

Pero faltaba lo más importante, el MotoGP.

Para Matías, y para casi todos, el favorito era Marc Márquez, pero el propio poleman había declarado que pese a partir más adelante, lo hacía por la parte sucia del circuito. Ninguna ventaja, la mugre rompe las gomas y puede mandar al suelo a cualquiera. Salió con cuidado, entonces, y perdió sus privilegios.

Jorge Lorenzo tomó el liderato y Márquez tuvo que lidiar con Andrea Ianonne, Dani Pedrosa y Valentino Rossi, que se metieron, por corto rato, en la pelea por la punta.

Ya a 20 vueltas del final el asunto estaba claro. Sería Lorenzo defendiéndose de Márquez. Hasta el giro 17, que finalmente el líder del Mundial sobrepasó al campeón de 2010 y 2012, y aunque más adelante Lorenzo logró quedar rueda a rueda con su compatriota, Márquez demostró que no tiene rivales.

Peor para Lorenzo, a dos vueltas del final Pedrosa le quitaría el segundo puesto.

Los 52.749 espectadores que llenaron el remozado Autódromo de Río Hondo, entre ellos el pequeño Matías, vivieron una triple jornada llena de adelantamientos.

Márquez se va de Argentina como el primer piloto que consigue el triunfo en las tres primeras carreras desde Valentino Rossi en 2001. Y el primero en conseguir tres poles y tres triunfos en el arranque de un campeonato desde el italiano Giacomo Agostini, en 1971. Además, desde que llegó al MotoGP, el año pasado, ha ganado las cinco carreras disputadas en América.

El vencedor manifestó que este año, al contrario de 2013, cuando debutaba en el MotoGP, no corre más relajado, sino "de manera diferente. Intento controlar todo. El año pasado era salir siempre al ciento por ciento y ahora puedo manejar las carreras".

"Es una pena no haber sido tan veloz en el inicio. De todas maneras, el 1-2 fue un buen resultado para el equipo", declaró Pedrosa mientras que Lorenzo señaló que "pese a que no estamos en nuestro mejor momento, le podemos dar pelea a estos dos grandes pilotos".

La bandera a cuadros fue sólo para Márquez, quien hizo una carrera muy inteligente. Desde la tribuna fue visto 25 veces por Matías. Lo suficiente para hacer de su experiencia algo inolvidable, prendado para siempre con las motos y esperando la fecha de este domingo en Jerez. Esa, eso sí, la verá por TV.