En octubre pasado, días después de la clasificación a Brasil 2014, Jorge Sampaoli reconocía que una de sus prioridades durante los meses previos a la cita mundialista era conversar con Marcelo Bielsa. La idea del técnico de la selección chilena era saber a partir de la experiencia del rosarino cuál era el mejor camino para lograr una preparación óptima.
Finalmente, aquel encuentro no se produjo y Sampaoli debió armar su planificación de acuerdo a lo que consideraba mejor, escuchando a sus asesores Jorge Desio y Sebastián Beccacece. Y curiosamente, pese a ser un ferviente admirador de Bielsa, desde el punto de vista técnico y humano, el actual técnico de la Roja no recogió prácticamente nada de lo que se hizo hace cuatro años en Juan Pinto Durán.
Una de las cosas que más llamó la atención de la preparación que hizo Bielsa en la previa a Sudáfrica fue la gran cantidad de amistosos que realizó en el último mes. En total, fueron 6 los juegos preparatorios, empezando con el que disputó ante Trinidad y Tobago en Iquique y culminando frente a Nueva Zelanda en suelo africano, en un encuentro que tuvo la particularidad de haber tenido tres tiempos de 30 minutos.
Pero no sólo resaltó el número de compromisos, también la cantidad de viajes que hizo el plantel antes de llegar a Sudáfrica. La Selección jugó en Iquique, Ciudad de México, Calama, Chillán y Concepción. Fue en esta última estación donde se desgarraría Humberto Suazo.
Sampaoli eligió el camino contrario. Apenas dos amistosos en las semanas previas al debut con Australia (Egipto e Irlanda del Norte), con apenas un traslado vía terrestre hasta Valparaíso para afrontar el duelo de despedida el 4 de junio.
Para el actual cuerpo técnico de la Roja, las sesiones de entrenamiento en Juan Pinto Durán tienen tanta o más importancia que un partido amistoso. De hecho, jugadores que estuvieron en ambos procesos resaltan un aspecto que diferencia ambas preparaciones, más allá de ciertas similitudes desde el punto de vista físico .
"Creo que con Jorge (Sampaoli) se le da más importancia a la tenencia de balón. Los entrenamientos, además de tener mucha intensidad, buscan precisamente mejorar ese aspecto", recalca el volante Rodrigo Millar, que tal como hace cuatro años, busca quedar entre los 23 elegidos para ir a la Copa del Mundo
El 17 de mayo de 2010, a falta poco más de dos semanas de la fecha límite, Bielsa decidía recortar su lista de jugadores a 25. Ese día, José Pedro Fuenzalida, Jaime Valdés, Pedro Morales, Manuel Iturra y Charles Aránguiz, se quedaban fuera del Mundial. Días más tarde correrían la misma suerte Roberto Cereceda, uno de los que más minutos sumó en aquellas eliminatorias, y Héctor Mancilla. "Esas semanas en que éramos 25, se vivió mucha tensión entre quienes estábamos en la duda de ir. No sé qué es mejor porque a veces tener a todos hasta el final, hace que los que se quedan fuera, no sean apuntados. Aquella vez, Cereceda y Mancilla, de alguna forma fueron apuntados como los que más sufrieron", recuerda Rodrigo Tello.
Sampaoli parece aplicar la fórmula que señala Tello, es decir, mantener a todo el grupo hasta prácticamente la fecha límite. Aunque por ahora todo indica que mantendrá a los 30 futbolistas hasta el 2 de junio, existe la chance de que haga algunas exclusiones tras el amistoso frente a Egipto el 30 de mayo.
Uno de los pedidos que les ha hecho Sampaoli a los futbolistas que militan en el extranjero es que se integren de inmediato a los entrenamientos tras su arribo a Chile. Es decir, que no tengan días libres tras el término de sus respectivas ligas y se sumen de inmediato a las prácticas en Juan Pinto Durán.
Así ocurrió por ejemplo con Felipe Gutiérrez, Jean Beausejour, Gary Medel, entre otros. Lo mismo sucederá con la mayoría de los seleccionados que militan en España e Italia.
"Para Sudáfrica, con los jugadores que estaban en el extranjero hubo cierta flexibilidad. Incluso, quienes venían con muchos partidos en el cuerpo, se les hizo trabajo diferenciado en el comienzo para irse nivelando de a poco con los que ya estaban hace un tiempo", comenta Tello, marcando otra diferencia. Habrá que ver al final del Mundial de Brasil, si el método elegido por Sampaoli le dará los éxitos que él y los jugadores esperan. Dos caminos distintos, para un objetivo común.