"De inmediato aclaro que el clásico en el que celebré un gol colgando mi camiseta en el banderín no fue el más importante de mi carrera. Quizás para los hinchas sí lo sea, por lo pintoresco del festejo o  porque fue ante el archirrival. Incluso era un partido por la Copa Chile 96. Nunca tuve una forma definida para celebrar los goles. Esa vez, se me ocurrió eso para estar más cerca de la gente. Pero fue un impulso, una cuestión del momento, nada más. Valoro mucho más el de 1995 (15 de mayo), porque fue mi primer Superclásico y uno de mis primeros partidos por Colo Colo, un equipo que estaba en formación para un exitoso ciclo. Lo ganamos por 3-0, anoté dos goles y metí un tiro en el palo. Siempre he dicho que hubo dos cosas que me dieron el colchón para empezar tranquilo mi paso por el club: haber marcado 14 goles en esa temporada y esos dos goles. En Colo Colo no hay tiempo. Hay que rendir de inmediato, porque eso exige la gente. Tuve esa suerte".