Alrededor de 100 personas se reunieron, a eso de las 23.30 horas, en el centro comunitario Juan Verdaguer, ubicado en la Purísima 260, para manifestarse en contra de los ruidos molestos que hasta altas horas de la madrugada emiten las personas que asisten a las discotecas y bares del barrio Bellavista.
Según Antonio Vargas, ex dirigente de la junta de vecinos del barrio Bellavista y coordinador de la iniciativa de la marcha de los pijamas, "el problema se inicia en la madrugada, cuando los comerciantes inescrupulosos, quienes aluden a la libertad de trabajo y que constitucionalmente no se les deja trabajar, no aíslan acústicamente los ruidos, ganan millones, venden cerveza a muy bajo costo y nosotros en el barrio nos tenemos que hacer cargo de los miles de seres humanos que vienen acá, que después del carrete vomitan, rompen botellas, gritan en la madrugada y no nos dejan descansar".
Esta es la segunda marcha en lo que va del año que recorre las calles Purísima, Ernesto Pinto y Dardignac, y que tiene como objetivo principal solicitar ayuda al municipio, para que se pronuncie sobre las demandas que los vecinos exigen. "Este problema lo heredó el actual alcalde Daniel Jadue (PC), desde hace 25 años. Gonzalo Cornejo y Sol Letelier fueron quienes aumentaron la entrega de patentes", agregó Vargas.
El coordinador de la protesta señala que no es un tema de moralismo, sino que es simplemente pedir que la normativa beneficie a quienes viven en el barrio, y no a los empresarios y comerciantes. "No puede ser que la libertad de negocios pase por encima de las familias que quieren descansar", concluyó.