El año que María Elena Swett lleva fuera de pantalla ha sido movido en términos personales. La actriz, que ahora protagonizará Socias, la nueva teleserie nocturna de TVN, se fue a vivir a Estados Unidos junto a su pareja, John Bowe, en marzo del año pasado. Allá tuvo a su primer hijo, Santiago, de ocho meses, se movió entre Nueva York y Minneapolis, y estuvo "totalmente desconectada" de lo que pasaba en Chile. Pero tras terminar su relación con el periodista estadounidense, Swett volvió a TVN, donde está en plenas grabaciones de Socias, junto a Gonzalo Valenzuela y Paola Volpato. Además, está lidiando con dejar a su hijo por primera vez por períodos más extendidos de tiempo en el cuidado de una enfermera. Sentada en uno de los salones del Club Hípico, y luego de participar de buena gana en una extensa sesión de fotos, la actriz se pone a hablar sobre su nueva vida.
Este es su debut en las teleseries nocturnas. ¿Cómo lo ve?
La verdad es que si estoy en una vespertina o nocturna es decisión del canal. Soy la última en enterarme. Pero siempre es bueno probar cosas nuevas. A mí se me presenta como un desafío y como un proceso temporal. No creo que sea la reina de las nocturnas.
Uno de los temas de las telenovelas de la noche son las escenas más destapadas. ¿Cuál es su postura ante desnudarse en pantalla?
Los desnudos hechos con elegancia quedan súper bien, pero a mí no me gusta hacerlos en TV, me siento incómoda. No me atrevo a hablar en general, porque en cine lo he hecho y creo que lo volvería a hacer. Pero en TV, no. Así que no hago desnudos. Es sólo pudor, no es más que eso.
¿Y el canal se acomoda?
Hay miles de maneras de solucionarlo. Desde el tiro de cámara, el punto de vista desde el que se hace la escena, donde corta la cámara, un doble de cuerpo... Son formas súper elegantes de resolverlo, donde la historia se cuenta igual. Y una escena puede ser subida de tono de igual manera. No es tema para ellos ya.
¿Está dentro de su contrato?
Sí, y nunca hubo problema.
¿Recurriría a doble de cuerpo? Es un tema tabú para muchas actrices?
Todavía no ha sido necesario, porque lo hemos cubierto de otras maneras. Pero sí, y ojalá que pongan una bien mina. Una chica estupenda.
En esta teleserie, además, se reúne con Gonzalo Valenzuela luego de 10 años, cuando hicieron Machos.
Pasé de mi galán Jorge Zabaleta a Gonzalo Valenzuela, tan mal no estoy. Con Gonzalo me siento súper contenida. Es divertido vernos después de 10 años. Puedo asegurar que las mujeres envejecemos más rápido, porque él está igual-igual, más guapo todavía. Por supuesto que fue un gran paso dejar de ser pareja de Jorge después de 10 años, pero también creo que es temporal, espero que nos junten de nuevo. Y me siento súper afortunada por el galán que tengo ahora.
¿Cómo siente que varió su visión del trabajo después de tantos cambios personales este último año?
El switch ha cambiado, sobre todo por la maternidad. La manera de mirar el mundo es totalmente distinta. Mi prioridad es él y eso trae muchos beneficios en muchos sentidos, por ejemplo, quitar ansiedad en el trabajo. Cuando eres soltera o no tienes a nadie a quien mantener, uno se enfoca mucho en el trabajo, de repente es lo más importante. Y en cierto modo eso puede ser bueno, pero llega un punto en que uno deja de vivir y empieza a dedicarle las 24 horas al trabajo. Ahora tengo un switch natural, que cuando estoy en la pega estoy en la pega y cuando me voy, termina, y no estoy dándole vueltas a una escena todo el día. Se me confunde el vivir afuera con haber sido madre. No sé si me puse más objetiva, más concentrada por haber mirado mi trabajo desde fuera durante un año y ahora llego mucho más limpia, o es que finalmente con mi hijo se me ordenaron las prioridades.
Es difícil separarlo...
Sí, esa fue mi experiencia. Me encantó estar un año fuera, totalmente desconectada. Y me hizo súper bien, me calmó mucho ser madre y estar fuera de la televisión.
¿Ya no le da tanta importancia a cosas que antes sí la tenían?
Claro, porque nada es tan grave. No hay mejor terapia que tener hijos. Si hay que repetir la escena, repitámosla, si el actor está atrasado y no ha llegado, para qué lo voy a retar, que le hable la producción. Cualquier cosa que pase en el día laboral no importa, no es de vida o muerte. Lo que importa es que mi hijo está sano. Todo lo demás se arregla. Y desde ese lugar es una tranquilidad vivir, porque no te achicas ante ningún problema.
¿Antes era más ansiosa?
Antes yo quería participar en todo, tenía opinión en todo. Cuando querían arreglar una escena, también traía mi aporte, que me había quedado hasta la madrugada arreglando, y tenía mucho tiempo de debate para mi idea. Ahora dejo que fluya. Y eso lo agradezco. Trabajar y tener un hijo chiquito es cansador, pero uno saca energía de cualquier parte.
¿Le hubiera gustado tomarse más tiempo fuera?
Estaba lista para volver. Antes de irme a EE.UU. tenía la posibilidad de irme con contrato o sin contrato, y hablé con varias actrices. Las que no eran mamás me decían que me fuera sin contrato, porque tal vez iba a querer estar con mi guagua y no volver. Pero las que son mamás, me decían: "No, ándate con contrato, porque vas a querer volver a trabajar". Cuando mi hijo tenía tres meses yo decía "imposible", pero menos mal que les hice caso a las compañeras que me dijeron que me fuera con contrato, porque hoy vuelvo a trabajar con la necesidad de hacer cosas, de sentirme útil para alguien más que para mi hijo. Es bueno dejarlo que aprenda a estar con otra gente.
De todas maneras, ¿le costó separarse de él para volver al trabajo?
Me está costando todavía. Día a día estoy haciendo un ejercicio de, por ejemplo, irme en la mañana sin despedirme, porque está durmiendo, y hacer la pega lo mejor posible sin pasarlo mal por no verlo. La idea es cortar el cordón no sólo para él, sino que también para mí. Eso ha sido mi vuelta a Socias, por eso ha sido tan importante.