Punta del Este, uno de los balnearios más famosos de Sudamérica, hizo noticia el fin de semana pasado. El motivo no fueron sus atractivos naturales y su agitada vida nocturna, sino la realización de la Cannabis Conference, evento que reunió a diversos especialistas para debatir sobre los últimos avances en materia de medicina, tecnología, innovación e industria aplicada a la marihuana.
El evento es el segundo que se lleva a cabo en Uruguay en poco más de un mes. Y no es una casualidad, ya que el debate adquirió una serie de aristas que abarcan la política, la medicina y la economía.
Uruguay se ha posicionado como referente en materia de regulación de la producción, comercialización y consumo de marihuana. Y tras la promulgación de la Ley de Regulación de la Marihuana por el entonces Presidente José Mujica, en diciembre de 2013, el gobierno divulgó números que avalan el argumento de que el consumo de marihuana puede ser analizado desde otra perspectiva.
Según un estudio publicado por la Junta Nacional de Drogas (JND), órgano dependiente del gobierno uruguayo, la regulación de la marihuana logró quitarle 18% del mercado al narcotráfico. Las cifras hablan de que uno de cada seis adultos uruguayos que consumió marihuana durante el último año está habilitado para acceder a la droga en forma legal.
En declaraciones al diario El País de Montevideo, el secretario de la JND, Diego Olivera, dijo que "es un porcentaje adecuado para una primera etapa, pero es aún insuficiente si consideramos la demanda total", estimada en unos 50.000 adultos que consumen la sustancia varias veces al mes.
Aunque la cifra aún está lejos de las metas autoimpuestas por el gobierno, el marco de la ley puede ser visto como clave para lo que ha logrado Uruguay a cinco años de la entrada en vigencia de la ley. Además del control del crimen ligado al tráfico de drogas, las regulaciones al acceso a la marihuana han mostrado resultados concretos.
Según datos del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), casi 18.961 personas están identificadas como compradores en las farmacias autorizadas para vender marihuana, con un limite de 40 gramos al mes, mientras que 7.844 personas figuran en los registros del gobierno como cultivadores individuales, que pueden tener hasta seis plantas. Finalmente, existen 76 clubes cannábicos cuyo objetivo es la producción de flores de cannabis psicoactivo destinada al uso exclusivo de sus miembros.
El acceso legal a la marihuana es únicamente para personas mayores de 18 años, uruguayos o extranjeros con residencia permanente debidamente acreditada.
"Turismo cannábico"
La otra cara de la legalización de la marihuana se observa en el interés que despierta Uruguay como destino para turistas que llegan con el objetivo de consumir la sustancia. Se trata del llamado "turismo cannábico", que ahora aparece en el centro de un debate porque las facilidades dadas a los uruguayos no aplican a los extranjeros.
La ley no considera el comercio de la hierba, pero las autoridades están haciendo esfuerzos para evitar que los turistas la consigan. Olivera aseguró que Uruguay sancionará a los establecimientos que promuevan el turismo cannábico. A comienzo de enero, Olivera dijo que "el Estado tiene distintas estrategias de prevención, comunicación, disuasión, y en última instancia, de control y aplicación de la ley cuando esta no se respeta".
Precisamente, balnearios como Punta del Este son los lugares más buscados por los turistas atraídos por la posibilidad de conseguir marihuana.
De hecho, la realización de eventos como la Cannabis Conference en ese balneario apoya los esfuerzos del gobierno en el afán de difundir la ley y sus alcances para la sociedad.
Sin embargo, al ser consultada sobre la posibilidad de explorar el desarrollo del turismo cannábico, como lo hace Holanda, la ministra de Turismo de Uruguay, Liliam Kechichian, negó categóricamente esa posibilidad. En una entrevista a El País, se refirió al acceso legal a la marihuana como algo "que tiene que ver con una lucha contra el tráfico. Nosotros pretendemos combatir el uso de las drogas, y no que sea un elemento de promoción de ninguna cosa. Para combatirlas empezamos a transitar este camino que vamos a ver qué resultado da. Los otros caminos han dado un fracaso tremendo. Definitivamente, no. Nunca lo veré como una herramienta o elemento para atraer gente al Uruguay".
En otro aspecto, la legalización de la marihuana ha tenido un impacto económico. Esto porque el país ahora tiene la capacidad de producir materias industrializadas derivadas del cáñamo y medicamentos hechos en base a cannabis.
Uno de ellos es el Epifractan 2%, el primer medicamento uruguayo elaborado a base de cannabis. Se trata de un aceite con 2% de cannabidiol (CBD) puro. La baja concentración de la sustancia no genera efecto psicoactivo, pero es suficiente para generar beneficios medicinales y es recomendado para tratar pacientes que sufren epilepsia refractaria, cuya cantidad de convulsiones impide que lleven una vida normal.
Aunque la materia prima proviene de Suiza, la formulación y fabricación del medicamento se harán en Uruguay, lo que también permite generar nuevos puestos de trabajo.
Según cifras dadas a conocer por el El País, "la importación de un producto similar al Epifractan 2% cuesta unos US$ 250", y aunque el laboratorio que lo fabrica no ha fijado el precio de venta del producto, se calcula que costaría la mitad de precio".