La última unidad de marines estadounidenses y de tropas de combate británicas presentes en Afganistán terminaron oficialmente sus operaciones el domingo, luego de transferir el control de una gran base militar a los afganos.
Las banderas estadounidenses y británicas fueron bajadas tras ser izadas por última vez en la sede regional de las fuerzas militares internacionales, 13 años después de que la caída del régimen islamista radical de los talibanes iniciara una larga guerra en el país asiático.
El momento del retiro de las tropas desde la base ubicada en la estratégica provincia de Helmand no fue dado a conocer por razones de seguridad.
El campamento de Leatherneck es la mayor base de Estados Unidos que se entrega al control afgano, a meses de que la coalición termine su misión de combate a fines de año y entregue la mayor parte de la responsabilidad de luchar contra la insurgencia al Ejército y a la policía de Afganistán.
Las fuerzas británicas transfirieron al mismo tiempo el control del adyacente Camp Bastion.
Alguna una vez un complejo que albergó a unas 40.000 personas, la base del Comando Regional de la coalición parecía el domingo un pueblo fantasma.
"Está vacío ahora. Cuando llegué aquí, aún era muy concurrido, había mucha gente alrededor", dijo el capitán de los marines Ryan Steenberge.
La estimación oficial más reciente sobre las tropas internacionales combinadas en la base era de 4.500 militares, pero estos últimos se irán pronto, dijeron las autoridades.
Después del retiro, el Cuerpo 215 del Ejército afgano tendrá su sede en la base, dejando Helmand casi sin presencia militar extranjera.
La provincia, que produce entre 80 y 90 por ciento del opio que ayuda a financiar a la insurgencia talibana, ha sido testigo de intensos combates este año.
Las batallas han generado preocupaciones acerca de si las fuerzas afganas son realmente capaces de contener a los talibanes sin la inteligencia y el apoyo aéreo de Estados Unidos y sus aliados.
Pero funcionarios de la coalición liderada por Estados Unidos destacan que las fuerzas afganas combatieron sin ayuda a la insurgencia los últimos meses, sin perder algún área significativa.
"Soy cautelosamente optimista de que serán capaces de defenderse por sí mismos", dijo a las fuerzas afganas el general de brigada Daniel Yoo, comandante del Comando Regional.