El ministro del Interior, Mario Fernández, no se despega del libro Constituciones Políticas de la República de Chile 1810-2015, editado por el Tribunal Constitucional del que fue integrante entre 2006 y 2011. "Todo se explica acá", dice, citando artículos, leyendo y releyendo párrafos subrayados, destacados, y páginas marcadas. Antes de iniciar esta entrevista, pone sobre la mesa el libro y vuelve sobre él a cada tanto. Lo utiliza para explicar que lo ocurrido esta semana con la salida del gabinete de los dos ministros más importantes del equipo económico, a menos de tres meses de la elección presidencial, no tiene impacto, a su juicio, en dicho proceso. Al ministro le importa terminar bien el gobierno. Lo que pase en los comicios, dice, "no es mi tarea", y ya visualiza su retorno a la vida académica y el cierre definitivo -si es que no ocurren sorpresas- de su participación en política activa.

Mientras, arroja luces sobre el plan del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet para salir de la inesperada crisis activada por la votación del proyecto minero Dominga.

Se ha dicho que la detonación de la reciente crisis fue el rechazo del proyecto Dominga cuya votación se convocó a última hora y sin margen para una decisión adecuada. ¿Por qué se hizo así?

No comparto estas versiones: si se toma en cuenta la regulación jurídica del comité de ministros, está claramente delimitada la facultad que tiene el presidente del comité, primero para el plazo de citación, que son 10 días, pero además está establecida la facultad que tiene el presidente del comité, o sea, el ministro de Medio Ambiente para calificar una situación de emergencia y citar en cualquier momento el comité. La votación, por lo demás ocurrió con cinco ministros que expresaron su punto de vista y el hecho de que lo hayan expresado de manera diversa da cuenta de que no había una línea de gobierno.

Hay quienes creen que hubo una decisión política de la presidenta Bachelet de rechazar Dominga...

La Presidenta Bachelet no ha emitido opinión sobre esto, no le correspondía emitir opinión, es un comité de ministros.

Pero son ministros de su gobierno…

Entonces sería innecesario un comité de ministros si esto se entendiera como una línea de gobierno. Es muy extraño que exista esta discusión entre lo técnico y lo político, los ministros son políticos independientemente de sus calificaciones técnicas. Así lo dice el artículo 33 de la Constitución (la toma con sus manos) que establece que son los colaboradores directos del Presidente de la República y además son colaboradores en el gobierno y en la administración del país. No hay nada más político que un ministro.

Uno de esos ministros citó a última hora de un viernes, otro se para y se retira, otros pensaban que se aprobaba el proyecto. ¿No hubo un poco de desorden desde el gobierno?

No. Hay que respetar siempre las opiniones de cada uno y el ministro Céspedes entendió que según su parecer no tenía a la vista todos los antecedentes, y adoptó una posición personal, pero el efecto que se produjo fue un reparo público.

¿Cuál fue el rol de Ana Lya Uriarte, la jefa de gabinete de la Presidenta? Se dice que ella influyó decisivamente en la trama…

Eso debo desmentirlo y descartarlo tajantemente. Supongo que ese tipo de aseveraciones surgen porque Ana Lya Uriarte es una reputada experta en materia medioambiental, ella fue profesora de la Universidad de Chile en derecho ambiental, y bajo su gestión como ministra de Medio Ambiente se dictaron normas muy importantes para la actual institucionalidad. Tales apreciaciones deben surgir de esa expertise. Descarto que haya habido una maniobra, una operación y que ella estuviera implicada.

¿No será que falló el diseño de la presidenta Bachelet, de encapsular sus decisiones en un reducido número de colaboradores, y de no empoderar debidamente a sus ministros?

Un equipo de gobierno está compuesto por personas respetables. En el equipo de gobierno, en todo lo que he convivido desde que soy ministro, y también he servido en otros gobiernos, hay mucha unidad. La tarea política es una tarea que une, por lo difícil, y muchas veces por la soledad en que se adoptan y lo incomprensivo que resultan las decisiones. Eso hace tener lazos muy estrechos. Pero, por unidos que seamos, y por comunes que sean nuestras convicciones, es posible que surjan diferencias para apreciar situaciones específicas y eso ocurrió acá. Hubo diferencias, que fueron expresadas por ellos también públicamente, los dos ministros y el subsecretario Alejandro Micco. Ellos tenían la impresión de que había una inclinación hacia favorecer lo medioambiental frente al crecimiento. Y que la decisión misma había sido adoptada con ligereza o con demasiado apresuramiento. Son opiniones respetables, pero no coinciden con la opinión del gobierno y ahí se produjo el problema.

Muchos ministros deben tener opiniones distintas al gobierno, pero no todos renuncian por eso. Se dice que Valdés venía incómodo desde antes…

Eso lo deben ponderar las personas mismas. La Presidenta de la República cumple con su rol muy estrictamente en el buen sentido de la expresión. Ella tiene esta atribución personal y única, los ministros son de su exclusiva confianza y, por lo tanto, ella determina aceptar o no una renuncia.

Pero a seis meses del fin del gobierno, que el corazón del equipo económico salga nunca se había visto…

Siempre hay una primera vez. Pero siendo objetivo, las controversias se deben resolver y la Presidenta resolvió el problema.

En la Nueva Mayoría algunos creen que el ex ministro Valdés se equivocó al instalar la dicotomía entre crecimiento y medioambiente. ¿Le parece que se equivocó quizás o el problema se arrastraba de antes?

Esta presunta dicotomía entre medioambiente y crecimiento es hoy día anacrónica, en la teoría y en la práctica. El componente medioambiental forma parte del desarrollo, al igual que el crecimiento. Y el crecimiento económico es una condición del desarrollo. También el que las personas vivan en un medioambiente libre de contaminación. Entonces esta dicotomía en realidad no existe, ahora en la discusión sobre este punto específico no tengo por qué pensar que Rodrigo Valdés o Luis Felipe Céspedes o Alejandro Micco querían producir un efecto ni dañino para el gobierno ni jugar una especie de gallito con él.

Pero el ministro sabía lo que estaba diciendo cuando dijo que a "algunos no les importa el crecimiento", y los efectos y la interpretación que se le daría…

Expresaron su opinión y es valioso que las personas sean francas. Pero esa opinión era incongruente con su permanencia en el gobierno y ellos mismos lo hicieron saber mediante sus renuncias.

Usted dice que hubo diferencias, pero no dicotomía. ¿Es algo más profundo que tener una diferencia entre crecimiento y sustentabilidad?

Por la naturaleza del área que se cubre es cierto que algunas carteras tienen mayor peso que otras. Pero en verdad, desde el punto de vista estrictamente formal, todos los ministros y ministras somos iguales, todos los ministerios son iguales, entonces, si no pensamos así, estamos estableciendo divergencias que son bastante distorsionadoras. Hay una especie de mito de que la salida de un ministro de un área trae consigo una gran crisis solo por el área que cubre, y no coincido con eso. Eso no es desmerecer que se haya producido una crisis de gabinete.

El ministro Eyzaguirre es muy cercano a Valdés, jugó un rol de contención aparentemente. ¿Usted pudo hablar con él? Como líder del comité político, ¿tuvo algún rol de mediador?

No, no de mediador, pero desde luego que yo hablé con él. Yo soy el jefe del comité político y cumplí mi tarea. Desde luego tratando por todos los medios de que se redujera la raíz del problema o se aclarara bien, pero hay que respetar a las personas y estamos hablando de buenas personas. Con el ministro Valdés, desde el lunes de la decisión del comité de ministros, estuvimos acá tres o cuatro veces reunidos por asuntos y me consta a mí que él no vio para nada disminuida su tarea y dedicación al cargo hasta el final.

En la Nueva Mayoría plantearon que la Presidenta hizo valer su autoridad sin medir los costos electorales, a tres meses de la elección presidencial…

La Presidenta siempre mide bien los costos que traen consigo sus decisiones. Ella es muy responsable. Por eso es tan injusto escuchar o leer opiniones antojadizas y superficiales que hoy he visto respecto de su proceder. Ella es muy responsable. Sería bueno tener en cuenta eso para hacer una observación prudente del devenir del gobierno. Me ha sorprendido en estos días ver las reacciones y la liviandad con que algunas se expresan. La Presidenta es muy serena en sus reflexiones. Entonces creo yo que hay una gran injusticia cuando se le valora de manera superficial.

Algunos senadores oficialistas dijeron que se pavimentó el camino a Sebastián Piñera porque se activó una crisis en el área económica, precisamente uno de los fuertes del ex presidente...

El admitir eso significa que hay una visión sesgada del desarrollo. La otra confusión es responsabilizar a un gobierno como el nuestro, que está en funciones, del resultado de una elección sobre un futuro gobierno. Son dos planos bien distintos, creo yo. El confundirlo es pensar que el ejercicio del gobierno tiene efectos en el futuro gobierno y creo que es un juicio parcial. La Presidenta y sus ministros no gobiernan pensando en elecciones. Sino más bien pensando en su responsabilidad con el país.

En la Nueva Mayoría creen que el gobierno sí puede incidir en la elección ¿No cree que esta crisis influya en la elección?

No creo que este episodio tenga consecuencias negativas para el gobierno en cuanto a su buen término. Desde luego, porque las personas que la Presidenta eligió para conducir la economía en esta última fase son altamente calificadas (Nicolás Eyzaguirre y Jorge Rodríguez Rossi). Por lo demás, fui colega de ellos en el gobierno del presidente Lagos. No solo son profesionales muy destacados, economistas muy destacados, también son muy buenos políticos. Los agentes económicos de Chile y también la comunidad académica de la economía saben muy bien cuánto calzan los ministros Eyzaguirre y Rodríguez, por lo tanto, como alguno de ellos dijo, no cabe esperar sino muy buenos resultados de su gestión.

Pareciera que no le importa el gobierno que viene…

Los ciudadanos de Chile dirán quién gobierna Chile a partir del 11 de marzo del próximo año. Ahora, el gobierno de la Presidenta Bachelet desde luego está interesado en que su obra se proyecte. Además, muchas de las transformaciones y reformas deben consolidarse y no retroceder. Es obvio que nuestro interés respecto del gobierno que venga debiera ser en una dirección de consolidar lo hecho.

¿Cómo toma usted que su sector diga que el gobierno está perjudicando su elección con esta crisis?

En política hay que entender las distintas apreciaciones. Hay una suerte de lenguaje propiamente electoral. Prefiero que tengamos claridad en distinguir esos planos. Hay una elección en Chile, presidencial y parlamentaria, cuyos actores son los partidos y los candidatos. Ya están en plena confrontación y está bien, es la campaña electoral. Simultáneamente está el gobierno que tiene que realizar sus tareas.

El gobierno no tiene responsabilidad entonces...

El gobierno tiene una responsabilidad que nace sola. Que es gobernar bien.

Si la Nueva Mayoría llegase a perder la elección, ¿no hay responsabilidad del gobierno?

Eso lo dirá la ciudadanía y los que analicen las responsabilidades. No estamos pensando en eso. Nuestra tarea y verdaderamente nuestro compromiso es gobernar bien.

El gobierno ha llevado a cabo un proyecto transformador, donde el aborto está entre esas iniciativas. ¿Qué le pasa cuando el ex presidente Piñera dice que corregirá dicho proyecto?

Voy a seguir una línea de la que no me quiero mover. Desde el momento mismo en que las candidaturas fueron inscritas no voy a opinar.

¿Tiene alguna expectativa sobre los resultados de las presidenciales?

Sobre las elecciones no me pronuncio.

La coalición de gobierno está dividida entre dos candidaturas que requerirán de un acuerdo en una eventual segunda vuelta, pero también del apoyo del Frente Amplio para asegurar la consolidación del proyecto. ¿Ve posible ganar la elección?

Como no me quiero pronunciar sobre las elecciones, sí puedo afirmar algo que se inscribe en la constante evolución que han tenido las elecciones de Chile desde el año 1989 hasta acá, con una excepción, que es lo estrecho de los resultados. Salvo el año 1993 en la elección de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que ganó por una ventaja notoria, todas las otras elecciones, especialmente en la segunda vuelta, han sido muy estrechas y esta vez va a ocurrir algo muy similar.

¿Cree que la centroizquierda sobrevivirá?

La fragmentación ha tenido lugar, y después ha habido unidad. Hay ciclos distintos de fragmentación y unidad. Ahora eso también ha ocurrido en la oposición. La preocupación por las coaliciones escapa a mi esfera. En lo que a mí respecta, espero volver a la universidad y dedicarme solo a eso a partir del 12 de marzo del próximo año.