Desde que dejó el país para liderar la gerencia del sector de Capacidad Institucional y Finanzas del BID en Washington, Mario Marcel cada vez que puede viene a Chile. Mañana, el  ex director de Presupuestos recibirá el reconocimiento a su trayectoria de parte de la red de egresados de Ingeniería Comercial de la U. de Chile, e ingresará al llamado círculo de honor de ex alumnos.

También espera publicar el primer semestre de 2010 un libro sobre presupuestos por resultados y un paper sobre balance estructural, materia que conoce a fondo, pues junto al ex ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre fue uno de los ideólogos de la regla fiscal. A nueve años de su creación, afirma que se debe dar un nuevo paso en su institucionalidad.

¿Cómo se puede mejorar la regla fiscal en Chile?
Hay que distinguir tres cosas: Una es calcular un balance estructural, otra es aplicar una regla de política basada en el balance estructural y una tercera es la meta de política fiscal que se fija en términos del balance estructural. Chile lo hizo bien al mantener el balance estructural como referente para definir su política fiscal y en ajustar la meta cuando estimó que por razones excepcionales era necesaria una política fiscal más expansiva. Es lo que ocurrió a principios de año, al bajar la meta de 0,5% a 0% del PIB. Sin embargo, otra cosa es que después resultó otro balance, que la autoridad quiere explicar. La gran ventaja de todas las reglas de política fiscal es anticipar lo que va a pasar. Es un principio que es importante mantener, porque si no, ya no son reglas.

¿Se refiere al déficit estructural de 0,4% que tendremos este año?
Claro. Si uno cree que por razones excepcionales en lugar de 0% debe ser -0,5%, es mejor decirlo anticipadamente y explicar por qué. A futuro es necesario trabajar en lo que tiene que ver con la transparencia de la regla.

¿Perdió credibilidad la regla?
Estas diferencias de pocas décimas no involucran una gran transgresión. Eso sí, hay que tener cuidado de no repetirlo más allá de lo que son esas condiciones excepcionales, porque si no, se va debilitando la regla como tal. Lo que no me parece es tratar de construir una racionalidad ex post y cambiar la definición de la regla para poder explicar esa diferencia de 0,4% del PIB. Es preferible decir que había que ser más expansivo, o que los ingresos cayeron más de lo que se podía esperar. Eso la gente lo entiende mucho mejor a que se trate de construir una explicación ex post.

¿Qué propone?
El próximo año la regla va cumplir 10 años de aplicación y el balance, sin duda, es positivo. Dicho eso, creo que el espacio de desarrollo de la regla está por el lado institucional y de transparencia. Asegurar que haya una contabilidad fiscal que se aplique consistentemente, que se pueda reproducir el cálculo de balance estructural y, en definitiva, eliminar toda sombra de duda respecto del cálculo de las cuentas fiscales.

VALIDEZ A LOS CALCULOS
¿Qué sugiere para asegurar más transparencia?

Chile podría considerar la creación de un consejo fiscal que validara la contabilidad, las estadísticas fiscales y el cálculo del balance estructural. Que fuera un paso más allá de lo que son hoy los comités de expertos del PIB tendencial y del cobre. A lo mejor valdría la pena transformar esas instancias en un consejo asesor fiscal.

¿Un consejo permanente?
Claro. Que les diera validez a todos estos cálculos, pero, por supuesto, nunca reemplazando el papel del gobierno de tomar las definiciones de la política fiscal, la meta y estructuración del Presupuesto. Hacia futuro, trabajar el lado de transparencia sería positivo. En esto uno siempre tiene que ir un paso más adelante que el mercado. No se puede esperar a que les pidan las cosas para hacerlas.

Es muy probable que surjan (en todo el mundo) nuevas demandas por transparencia fiscal y creo que Chile tiene que adelantarse. Chile ya va adelantado en muchas dimensiones respecto del resto de los países, y tiene que mantener esa ventaja.

En términos de la meta, ¿están las condiciones para dejarla en 0% de forma permanente?
Inicialmente la meta se fijó en un superávit de 1%, porque entonces había riesgos por el lado fiscal, como las garantías a las concesiones de obras públicas, la incertidumbre sobre la garantía estatal de pensiones mínimas y el déficit operacional del Banco Central. Pero luego de que el Central se capitalizó, que el sistema de concesiones ha funcionado bastante bien y que el panorama de pensiones se ha ido despejando con la Reforma Previsional, no era necesario sobreasegurarse con un superávit de 1%. Por eso en 2007 participé en un panel al cual se le pidió una opinión y no sólo se dijo que parecía adecuado bajarlo a 0,5% del Producto en el corto plazo, sino que, de persistir esas condiciones, podía pasarse a 0%. Dentro de esa lógica, no parece haber mayores inconvenientes de que la meta sea 0%. Pero quiero recalcar que son las próximas autoridades las que tendrán la capacidad de decidir.

El descalce cambiario

Más allá de la regla, ¿cómo se puede perfeccionar la política fiscal?

Lo que queda instalado después de esta crisis es el tema cambiario en relación a las finanzas públicas. Chile tiene que hacer su contabilidad de activos y pasivos, evaluar cuál es su nivel de descalce, ver cuán prolongado puede ser el ciclo del dólar y luego definir alternativas de solución. Tenemos una fuente de ingresos importante en dólares que es el cobre, y acumulamos muchos activos y, por otro lado, tenemos gastos en pesos. Además, cada vez hay menos deuda en dólares y tendemos a elevarla en pesos. Por tanto, hay que preguntarse cómo se administran las finanzas públicas para que el Fisco no esté expuesto a riesgos cambiarios demasiado grandes.

¿O que el Fisco no genere desequilibrios en el mercado?

Son dos lados de la misma moneda. El Fisco hoy es muy grande en términos de activos. Mientras más descalzado esté, hay más espacio para que se vea perjudicado en sus posiciones cambiarias o que al tomar decisiones sobre sus activos y pasivos produzca efectos cambiarios indeseados.

¿Cuál es la solución?

No me atrevería a decir que la tengo, pero hay que pensarlo.

El gobierno amplió el margen de endeudamiento en 2010, para no liquidar dólares y presionar más la baja a la divisa.

Este año era una medida necesaria. La cuestión es qué pasa si el dólar está siguiendo un ciclo largo. ¿Qué otras cosas se pueden hacer en el futuro, o simplemente el Fisco va a seguir acumulando deuda en pesos y activos en dólares?