Al periodista y escritor norteamericano Mark Bowden "no le sorprende la popularidad" que la serie de TV, "El patrón del mal" ha tenido en Latinoamérica. Bowden conoce mejor que nadie el magnetismo que provoca la figura del fallecido jefe del Cartel de Medellín.
Fruto de años de investigación, que lo llevaron a visitar varias veces Colombia, Bowden publicó en 2001 Killing Pablo (Matar a Pablo Escobar), un libro sobre la muerte del mayor narcotraficante de la historia que The New York Times definió como un best seller y que Los Angeles Times consideró "un relato absorbente, casi shakesperiano". En esta entrevista con La Tercera, el también autor de Black Hawk Down (1999) analiza el interés que despierta Escobar, a casi 20 años de su deceso.
¿Cómo realizó su investigación del operativo que mató a Pablo Escobar?
Comencé mi investigación en EE.UU. con la búsqueda de agentes de la DEA y los soldados que participaron en el operativo. Tuve la oportunidad de obtener un conjunto completo de archivos de la embajada de Bogotá. Entonces, viajé a Colombia y busqué a aquellos que conocieron personalmente Escobar, y los miembros de la Policía Nacional de Colombia (PNC) y militares que fueron los encargados de perseguirlo. En tres viajes diferentes a Colombia entrevisté a los miembros del gobierno (de turno) y miembros del ex gobierno de César Gaviria (1990-1994), incluyendo entrevistas con el mismo ex presidente. También hice un esfuerzo para obtener la cobertura de la prensa colombiana sobre la historia de Escobar y contraté a un investigador para que me ayudara con la tarea.
¿Cuán importante fue el rol del Ejército de EE.UU.?
Estados Unidos jugó un papel muy importante en la búsqueda de Escobar. La vigilancia electrónica estadounidense, en particular los dispositivos de geolocalización, fueron fundamentales para encontrarlo. Creo que los agentes estadounidenses clandestinos ayudaron a reclutar y a apoyar a Los Pepes (grupo irregular que persiguió a Escobar), incluyendo la filtración de información sobre el círculo íntimo de Escobar y la ubicación de las personas que eran críticas para su red de apoyo. Las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. trabajaron estrechamente con la PNC en los últimos años de la búsqueda.
Las escuchas telefónicas fueron claves. ¿Cómo se evitó la filtración de la información?
La filtración fue un serio problema a lo largo de la búsqueda de Escobar, particularmente en el período anterior cuando se rindió y aceptó su falsa detención. Después de que ese acuerdo colapsó y Escobar comenzó a huir nuevamente, el esfuerzo para encontrarlo fue muy cuidadosamente guardado por el general Hugo Martínez (comandante del Bloque de Búsqueda) y los agentes estadounidenses y soldados que trabajaron con él.
¿Durante la operación hubo algún debate sobre la legalidad de los métodos para encontrar a Escobar?
Yo detallo en "Killing Pablo" que los esfuerzos de Los Pepes estaban totalmente fuera de la ley (eran, de hecho, un escuadrón de la muerte) y que fueron muy importantes para remover la red de apoyo que había sostenido Escobar durante años como un fugitivo.
¿Existía la orden de matarlo de inmediato? ¿Era peligroso capturarlo con vida?
Sólo puedo especular que era preferible para las autoridades matarlo en ese momento, particularmente a la luz de los problemas que la nación había encontrado al enjuiciar y encarcelar a Escobar la primera vez, y la tremenda impopularidad de su extradición. También había un odio de larga data por Escobar de parte de las fuerzas encargadas de cazarlo. Muchos de los hombres que lo buscaban habían perdido camaradas cercanos en la pelea.
¿Por qué se mantiene este interés en él? ¿Es visto como un héroe o un criminal?
No estoy sorprendido por la popularidad de la serie de televisión (Escobar, el patrón del mal). Siempre he creído que la historia de Escobar, su ascenso al poder, la violencia de sus métodos, la extrema riqueza y el poder que acumuló, la amenaza que representó para la sociedad civil y el estado de derecho en Colombia, y el valiente y tenaz esfuerzo para encontrarlo y matarlo es una de las más extraordinarias del Siglo XX. Pocos de quienes vieron el panorama general de su vida podrían considerarlo como un héroe. Aquellos que se beneficiaron de sus esfuerzos limitados y en gran medida interesados para prestar asistencia a los pobres en Medellín continuarán, como es comprensible, recordándolo con cariño.