En diciembre Enrique Marshall, ex superintedente de Bancos, va a cumplir cuatro años como miembro del Consejo del Banco Central (BC), a donde llegó tras expirar el período de María Elena Ovalle. En todo este tiempo su paso por el instituto emisor ha sido más bien silencioso y con una baja exposición pública. Sin embargo, tal como ha impuesto su estilo sobrio y ha aportado al resto de sus pares su expertise en materia financiera -de gran valía en la actual crisis-, a la hora de hablar este consejero no titubea ni retrocede.

Así, frente a la polémica que se ha generado por la fuerte caída adicional del tipo de cambio que provocó el anunció del Fisco de que liquidará otros US$ 4.000 millones de sus ahorros y los llamados a que el Central neutralice esa operación comprando directo los dólares, en esta entrevista revela y defiende el hecho de que el Consejo de la entidad evaluó esa posibilidad a petición de Hacienda y la desechó.

¿Después de lo dicho por el  timonel del BC, es obvia otra baja de tasas este jueves? ¿Cambió el sesgo neutral de junio?
Quisiera aclarar que nuestro último comunicado no descartaba un movimiento adicional a la baja, aunque el mercado tendió a leer como que el ciclo de ajuste había concluido. Por eso, lo que ha manifestado ahora el presidente es consistente: no está descartado otro recorte de tasas.

¿Qué los llevaría a concretar esa decisión?    
Ya en junio se advirtió que el riesgo de que la inflación permanezca más tiempo en niveles bastantes bajos ha tendido a aumentar. Ello, debido a que la actividad ha estado por debajo de lo anticipado, con lo cual hay más holgura de capacidad, y también porque la apreciación del peso genera una fuerza desinflacionaria.

Pero ya la tasa es muy baja. ¿Es posible que la lleven a 0%?
Efectivamente, debemos ser realistas y reconocer que el espacio para inyectar un nuevo estímulo monetario es muy reducido. Para el buen funcionamiento del mercado monetario a muy corto plazo, éste requiere una tasa al menos levemente sobre cero. Hay operaciones que necesitan un espacio mínimo para cubrir sus costos. También hay un mínimo riesgo a contemplar. Si la tasa es cero, se eliminarían esas operaciones. Hay por eso un límite algo superior a cero.

Y si la economía no repunta y requiere más estímulo, ¿están dispuesto a ir más allá de la tasa, recomprando papeles, por ejemplo?
El BC tiene herramientas y facultades más allá de la tasa para realizar su política monetaria y en este caso para ampliar la base monetaria, y va a hacer uso de ellas si fuese necesario. Lo único que no podemos hacer versus otros BC es comprar papeles de la Tesorería, porque existe una prohibición legal de otorgar financiamiento al Gobierno.

DILEMA DEL TIPO DE CAMBIO
A juicio de economistas y dirigentes empresariales la caída del dólar puede afectar la reactivación. ¿Por qué el BC ha decidido no intervenir esta vez?
 
Reconocemos que el tipo de cambio tiene implicancias para la política monetaria y que es un precio crucial en la asignación de los recursos y que en muchos sectores es clave para su rentabilidad. Pero si bien ha habido una apreciación importante del peso en el último tiempo, eso se explica en primer lugar por el comportamiento mundial del dólar que ha tendido a deteriorarse. Además, el cobre ha estado subiendo y se ha producido un ajuste muy grande del gasto privado.

¿Eso quiere decir que es justificada la caída?
Quiere decir que no es evidente que haya un desalineamiento respecto a los fundamentos de largo plazo.

¿Y el mayor gasto fiscal no ha presionado también al dólar?
La información nueva sobre el gasto fiscal es cómo se financia, no es respecto a un aumento en su nivel.

En ese sentido, ¿Hacienda le propuso al BC venderle directo los dólares que debía liquidar para no afectar el mercado?
Con Hacienda existe una coordinación. Eso fue evaluado y el banco hizo lo que la opinión pública conoce.

¿O sea que el Consejo del BC rechazó comprar directamente esos dólares?
Efectivamente, el consejo del BC descartó una compra directa y estimó que lo que correspondía era que dichos dólares fuesen al mercado y se evaluará posteriormente su efecto.

¿Por qué no aceptaron? Algunos economistas han dicho que hubiese sido poco transparente.
Así es. No corresponde que el BC le compre directamente al gobierno. Lo lógico es que el gobierno venda en el mercado. Por su parte, el BC tiene que hacer su política y tomar sus decisiones de acuerdo a lo que ocurra también en el mercado.

¿Fue una decisión unánime del Consejo o hubo discusión?
Siempre hay discusión.

Y si el dólar vuelve a caer, ¿es descartable que salgan a comprar ahora en el mercado, en paralelo a las ventas de Hacienda?
La política del BC es intervenir en casos excepcionales y esa es una evaluación que hacemos caso a caso.

¿No creen que la alta volatilidad asociada al sistema de flotación cambiaria puede generar costos excesivos al sector productivo?
Los movimientos a veces lo que están haciendo es facilitar un cierto ajuste interno, por lo que cumplen un rol. Ahora, para el sector productivo la manera de contrarrestar la volatilidad es contratando coberturas cambiarias. Tiene un costo, pero ésa es la salida.

¿Qué opina que este año no se vaya a cumplir la regla fiscal? 
Creo que es una desviación completamente transitoria, que responde a circunstancias excepcionales y por tanto no la tomo como una transgresión de ningún principio fundamental. Hacia delante, si la regla debe ser 1%, 0,5% o 0% no le corresponde al BC opinar. Lo importante es la prudencia y que el gasto sea sostenible en el tiempo.