Martí Perarnau: "Pep nunca sacará a Bravo por un error"
El escritor que retrató a Guardiola en el Bayern, analiza el caso del chileno en el City.
"El apoyo va a ser absoluto. Que Claudio Bravo no lo dude ni por un minuto". Es la voz de Martí Perarnau (Barcelona, 1955), del escritor que vivió los tres ultimos años de Pep Guardiola en Múnich. De ahí sacó dos libros, Herr Pep y La metamorfosis, en los que retrató sin obsesiones sus días en el Bayern. Por lo tanto, es un hombre que lo conoce de veras, licenciado para hablar de él en primera persona. "No sé si soy el escritor que más conoce a Pep en el mundo. Podría ser que sí, aunque hasta hoy nunca se me había ocurrido pensarlo, entre otras cosas porque yo no he escrito ninguna biografía suya. Sólo he contado como ha trabajado los tres últimos años en Múnich".
El caso es que tiene motivos para valorar a Pep e imaginar su respuesta ante el clamoroso error de Bravo en el Camp Nou que aún pesa en Inglaterra. "Apostaría a que Pep no le dijo nada a Bravo, porque no había nada que decirle. No fue un error de falta de valentia o de no saber lo que hacer con la pelota", explica. "Porque, en realidad, el portero hizo lo que quería Pep que hiciese. Otra cosa es que tuviese un error de ejecución. Pero Guardiola sabe que esas cosas pasan en el césped. El fútbol no es posible sin errores. En estos tres años de tanta convivencia nunca vi a Pep dramatizar un error. Al contrario, era un estímulo para corregirlo al partido siguiente".
Nada de eso significa que "Pep vaya a conceder la titularidad vitalicia a Bravo en el Manchester City", según Perarnau. "Entiendo que ese tipo de cosas no existen en el deporte. Ni en el fútbol ni en el atletismo ni en ninguno. Pero mientras Bravo siga demostrando en los entrenamientos que debe jugar, Pep nunca le quitará por un error. Las titularidades vitalicias no se manifiestan en su idea del fútbol. De hecho, Guardiola también llegó a dejar en el banquillo a Messi. No muy a menudo, pero algunas veces sí lo hizo".
Adaptación
En el primer libro, publicado en 15 países, y en este segundo, que ya va por seis en dos semanas de vida, Perarnau insiste en una palabra capital para Guardiola: "Adaptación". Un término incapaz de amargar a nadie y que encabeza cualquier diálogo con sus futbolistas, hoy con Bravo en el City o ayer con Arturo Vidal en el Bayern. "Hay que adaptarse como un camaleón. Era lo que decía siempre él. Aquí no sobreviven los más fuertes ni los más inteligentes, sino los que mejor se adaptan". Por eso Perarnau entiende que el fracaso de Bravo nunca será ese error, "sino el de no saberse adaptar a ese error o que esa noche en el Camp Nou le pesase de por vida en el City".
Pero entonces vuelve a insistir en esa palabra mágica que Guardiola repetía cada día en el entrenamiento en Sabener Strasse, "adaptación", y que, sin ir más lejos, Vidal tuvo que escucharle. Porque fue una palabra que Marti apuntó multitud de días en su libreta y que es imprescindible en su relato de Pep de estos tres últimos años empezando por el fichaje del chileno en el Bayern. "Recuerdo que la prensa sensacionalista dijo que Guardiola no quería a Arturo cuando, en realidad, era todo lo contrario. Cuatro meses antes de que viniese me comentó que, en su idea de que los laterales, Lahm y Alaba, jugasen pegados al mediocentro necesitaba un mediocentro que jugase arriba, capaz de tirar y de llegar a gol. Lo que no me dijo es que ese hombre fuese a ser Vidal. Pero su idea estaba totalmente clara. Él siempre quiso a Arturo".
Perarnau, por cierto, guarda un recuerdo fantástico de Vidal, un genuino representante de la adaptación. En esta conversación pone de ejemplo una anécdota que puso a prueba al padre y al futbolista. "Fue un día antes del Bayern-Benfica de Liga de Campeones. Los jugadores, Müller, Lewandovski, el propio Arturo, se estaban liando a tirar a portería en el entrenamiento y no metían ni una. Neuer estaba inmenso ese día. Lo detenía todo y me acuerdo que el hijo de Vidal, que estaba ahí, le reprochaba a su padre que no marcase. Pues bien, al día siguiente, en el partido, Vidal marcó a los tres o cuatro minutos y se acercó a la grada a recordarle a su hijo cuáles son los momentos decisivos de la vida, esos momentos en los que hay que hacer los goles".
Esta tarde, los tres protagonistas del relato verán acción: Bravo y Pep recibiendo al Barcelona su ex club, con la urgencia de puntuar en el Grupo C, mientras que el Rey Arturo visitará al PSV en Eindhoven, con algo menos de angustia, pues los muniqueses parecen seguros clasificados y su tarea es discutir el primer lugar del Grupo D con Atlético de Madrid.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.