Martín Lasarte fue muy duro con sus dirigidos, tras la inesperada derrota de Universidad Católica ante Magallanes, por la Copa Chile. "El jugador se tiene que dar cuenta de donde está", aseguró luego de la caída ante el elenco "carabelero", de la Primera B del fútbol chileno.
"La presentación fue paupérrima. Uno puede perder y dar la cara hasta el final, pero perder así no se puede", agregó el uruguayo después del compromiso de anoche.
Sin embargo, no es la primera vez que Lasarte muestra su sello autocrítico. De hecho, su historial de duras palabras contra el juego de sus equipos es bastante notorio. Algo que, sin duda, llama la atención.
Por ejemplo, y dirigiendo a los cruzados, tras la victoria por 1-0 ante O'Higgins en San Carlos de Apoquindo aseguró que "tenemos que ser más agresivos".
Anteriormente, tras la caída por 1-0 ante Rangers en Talca por el Clausura, el uruguayo no tuvo problemas para reconocer que "simplemente no encontramos la manera de vencerlos".
Y por la primera fecha del torneo del segundo semestre, en la derrota ante Palestino como local, aseguró que "el equipo estuvo enredado y nervioso".
Antecedentes en España
Pero no sólo en Chile Lasarte se ha caracterizado por la dura autocrítica. En marzo de 2011, Real Sociedad cayó con Deportivo La Coruña 2-1. Y por entonces, el DT de Claudio Bravo aseguró que "quedó claro que no estamos preparados para cotas superiores". Lo anterior, realzado con que los gallegos perdieron la categoría en esa temporada.
También por Real Sociedad, luego de una derrota un año antes frente al Barcelona en Nou Camp por 5-0, aseguró que "estuvimos en el campo como pidiendo permiso, contra un equipo con mucho mito, como si los únicos terrenales fuésemos nosotros".
Incluso cuando fue despedido del club donostiarra admitió que no podía decir nada en contra de la dirigencia pues fue la misma que lo contrató "con riesgo, ya que a mí no me conocía nadie en ese momento".
De esta forma se configura la personalidad de Martín Lasarte, un técnico muy lejos de las justificaciones y que basa su credibilidad en la autocrítica dura cuando es necesaria.