El gol de Martín Rodríguez fue un balón que entró lentamente al arco australiano y que no será recordado por su belleza. Sirvió para salvar el honor ante una de las selecciones más débiles de la Copa Confederaciones de la FIFA. En síntesis, un reflejo del mal partido que jugó el campeón de América ante el monarca de Asia en Moscú.

Buena parte del tanto es mérito de Arturo Vidal, que apuró un balón con una palomita desde el suelo cuando el rival salía. La pelota le quedó a Eugenio Mena, quien centró desde la banda izquierda. La zaga oceánica rechazó a medias. Ahí apareció Eduardo Vargas, quien logró conectar de cabeza y asistir al delantero del Cruz Azul, de 22 años, que sacó un remate débil con la pierna derecha, pero lo suficientemente ajustado para igualar las cifras.

El formado en Huachipato había reemplazado a José Pedro Fuenzalida al inicio del segundo tiempo. No había hecho buenas actuaciones en los partidos previos, por lo que su ingreso sorprendió. Sin embargo, se transformó en la carta de gol.

El cambio obedecía a la intención del técnico Juan Antonio Pizzi de dar vuelta el marcador. Chile caía 1-0 y estaba a un gol de la eliminación del torneo.

Como viene sucediendo, los primeros minutos de la Roja fueron muy buenos, de alta intensidad y con opciones claras de gol. Sin embargo, los delanteros no estuvieron finos, ni en ese lapso ni durante todo el partido.

El Niño Maravilla desperdició por lo menos tres chances. Pecó en demasía de egoísta. La mayoría de las veces se quedó demasiado con la pelota. Su individualismo jugó en contra de la Selección. Por otra parte, Vargas perdió cuatro chances (una muy clara) y la mayoría de los duelos físicos con los australianos. A su favor corre el haber ganado el rebote que asistió al Tin y significó el empate nacional.

El Chapa quedó en deuda esta vez. No logró la profundidad que acostumbra y le faltó suerte para capturar un rebote tras un gran remate del Rey en el primer tiempo.

Sin duda, el duelo más bajo del bicampeón continental, que salvó el honor gracias a un solitario gol de Rodríguez. El propio ex Colo Colo pudo anotar el segundo, pero su desvió de zurda. Sin brillar, cumplió y le dio tranquilidad a Chile, que enfrentará a Portugal, con Cristiano Ronaldo, en semifinales.