Cerca de un 40% de todo el empleo creado al tercer trimestre de este año se relacionó a trabajadores que debieron aceptar ocupaciones por debajo de sus capacidades. Es decir, más de 34 mil personas se sumaron a la condición del subempleo por competencia, medición realizada por Clapes UC para detectar un síntoma de deterioro del mercado laboral más bien "invisible".

De acuerdo a un informe elaborado por Juan Bravo, economista e investigador de la institución, "una persona puede perfectamente trabajar una jornada completa y, por ende, no sufrir de subempleo por horario, pero aun así puede haber subutilización laboral si el tipo de trabajo que desempeña implica una utilización insuficiente de sus competencias laborales".

Así, este concepto que construye Clapes UC considera a los trabajadores con educación universitaria completa e incompleta, contrastándolo con la categoría ocupacional en la cual laboran. En el primer caso se consideran subempleados quienes se desempeñan como trabajador de oficina, vendedores de comercios y mercados, operarios y artesanos de artes mecánicas, operadores de instalaciones y máquinas y montadores, y trabajadores no calificados, entre otros. En el caso de quienes no han terminado sus estudios superiores, se les considera subempleados si trabajan en empleos no calificados.

Se entiende que la persona "genera un valor agregado menor al que podría lograrse si realizara un trabajo acorde con su calificación", lo que repercute en la productividad del trabajador y los ingresos que se generan, explica Bravo.

Como ejemplo, el estudio calcula que los profesionales científicos e intelectuales generan un ingreso mensual promedio de $ 1.068.486 (a octubre de 2014), mientras que los trabajadores no calificados registran ingresos por $ 237.519 promedio.

Al respecto, Clapes UC contabilizó que al cierre del trimestre móvil agosto-octubre de este año 706.193 trabajadores con educación superior son considerados como subempleados por competencias, de los cuales 398.671 son hombres y 307.522 son mujeres.

Esto contrasta con los 605.613 trabajadores que calificaban en esta condición laboral al primer trimestre de 2014, cuando se comenzó a profundizar la desaceleración en la economía.

Por otra parte, si se analiza la categoría ocupacional en la que se desempeñan, 424.799 son asalariados en el sector privado, 159.515 son cuenta propia y el resto está en otras categorías.

Tomando el análisis por rama de actividad, el 29% de los subempleados por competencias se desempeñan en el comercio, seguido por un 12% que congrega la industria manufacturera. Sigue transporte y almacenamiento (7,8%) y administración pública y defensa (5,6%).

Según Bravo, la ventaja del comercio respecto a otras ramas es que "tiene una lógica de operatoria sencilla, permite partir con montos muy bajos de capital y no requiere tener que fabricar o producir bienes". Con todo, aseguró que el aumento sostenido de este tipo de subempleo "confirma el hecho de que muchos nuevos empleos son simplemente una opción menos mala que estar desempleado, pero que el mercado laboral sí se ha resentido con la desaceleración".