Al menos cien muertos y la misma cantidad de heridos dejó una explosión de una tubería industrial de gasolina ocurrida en un barrio pobre de Nairobi, capital de Kenia.

Residentes indicaron que el fuego empezó después de que el tanque de combustible en un depósito de la empresa Kenya Pipeline Company filtrara gasolina a una alcantarilla abierta que pasa por debajo del barrio conocido como Sinai. Las llamaradas se extendieron en un radio de unos 275 metros, incendiando viviendas precarias y calcinando a decenas de personas.

Pensamos que el número de muertos es superior a cien", dijo  Thomas Atuti, un vocero de la policía, precisando que la  mayor parte de las personas murieron quemadas. Hasta el momento se han rescatado unos 73 cuerpos.

La Cruz Roja trabaja apoyando las operaciones de búsqueda y estableció dos tiendas para dar primeros auxilios y asesoría psicológica.

"Este es un accidente terrible", afirmó el primer ministro Raila Odinga, quien visitó a los heridos en el hospital y anunció investigación. Dijo que el gobierno pagará los gastos médicos de los heridos y compensará económicamente a los que perdieron a familiares y también dijo que fue a las oficinas de la Kenya Pipeline Company, operadora del oleoducto.