Por siglos, las obras de los antiguos artistas africanos fueron vistas como artesanía. Piezas anónimas, primitivas y de connotación mágica, que escasamente reflejaban la riqueza política o social del continente. Fue el arte contemporáneo de inicios del siglo XX el que vio en el exotismo de estos lugares una fuente de inspiración para nuevas obras. Pablo Picasso se basó en las máscaras tribales para su pintura Las señoritas de Avignon, al igual que Paul Klee o Kandinsky, que pasaron temporadas en el continente.
Sin embargo, hace sólo 40 años que el arte de Africa fue puesto en valor a través de la investigación científica. "Lo cierto es que había individualidad en el arte y los artistas eran muy valorados en cada sociedad. Un rey podía regalarle a otro una obra de arte y muchos artistas cumplían funciones diplomáticas", cuenta Peter Junge, curador de la muestra que desde hoy se exhibe en el Centro Cultural La Moneda y que reúne más de 180 piezas, entre esculturas, textiles y objetos, del Museo Etnológico de Berlín, originarias de países como Camerún, Nigeria y Congo.
En la primera sala están las piezas ligadas al poder político. Destaca la figura conmemorativa de un rey de Camerún, de más de un metro de alto, bordada con caracoles cauris y cuencas de vidrio. También hay un relieve de Nigeria, del siglo XVI, donde se plasma a tres portugueses. "Se pensaba que Africa era un continente alejado, pero sí hubo intercambio con portugueses, de quienes recibieron bronce a cambio de marfil y esclavos", cuenta Junge.
La segunda sala recoge la mirada sobre el ser humano y las deidades: son las piezas más antiguas y valiosas de la colección, como una escultura en madera del siglo XVI de un hombre en postura femenina, que revela la importancia de ambos sexos.
Con más de 75 mil piezas de Africa, el Museo Etnológico de Berlín posee la colección más valiosa de esta clase en el mundo. Aunque se han expuesto en países como Brasil y México, sólo una vez han llegado a Sudáfrica, uno de los países de origen de las obras. "Lo más probable es que en una o dos generaciones más haya más museos en Africa con las condiciones apropiadas para recibir las piezas. La restitución de ellas es otro tema. Reconocemos que hasta la Convención de Ginebra de 1906 había libertad para usurpar piezas, pero todas las obras del museo se obtuvieron legalmente, como donación de coleccionistas. Es un tema complejo, que involucra al Estado. Este es patrimonio nacional", dice el curador.