Un total de 215.518 personas, entre civiles, militares, milicianos y rebeldes, han muerto en Siria desde el inicio de la guerra civil a mediados de marzo de 2011, según datos recopilados por la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos
En un comunicado publicado con motivo del cuarto aniversario del comienzo del conflicto, la ONG explicó que entre las víctimas mortales hay, al menos, 102.831 civiles, entre ellos 10.808 menores y 6.907 mujeres mayores de 18 años.
La ONU cifró el pasado octubre el número de muertos en la guerra civil siria en más de 200.000, aunque varias organizaciones creen que superan los 220.00.
Asimismo, según el Observatorio resultaron muertos 36.722 miembros de distintas brigadas opositoras al régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, mientras que las bajas en las filas del Ejército se elevan a 46.138.
Entre las milicias progubernamentales, la ONG contabilizó 30.662 muertos, al tiempo que registró 674 fallecimientos en las filas del grupo chií libanés Hizbulá, que lucha a favor de Damasco.
Además, también cayeron en el campo de batalla 2.727 combatientes extranjeros chiíes (pro-régimen sirio) procedentes de Irán y de otros países árabes y asiáticos.
El Observatorio precisó también que un total de 26.834 combatientes extranjeros de las organizaciones yihadistas Estado Islámico, Frente al Nusra (filial de la red terrorista Al Qaeda en Siria), y otras brigadas extremistas han muerto en los años de guerra.
La organización también subraya en la nota difundida hoy, que ha documentado un total de 3.147 casos de personas muertas que no han sido identificadas.
Por último, señaló que estas cifras no incluyen a más de 20.000 personas desaparecidas en los centros de detención de los órganos de seguridad del régimen, y a otras miles, desaparecidas en operaciones de las tropas y sus milicias en varias zonas donde han perpetrado masacres.
También se desconoce la suerte corrida por alrededor de 7.000 soldados y milicianos que se encuentran prisioneros y por más de 2.000 de personas secuestradas por los insurgentes y yihadistas, que las acusan de apoyar al Gobierno sirio.