Un importante estudio internacional, revisó todos los datos mundiales que existen sobre la diabetes desde 1980 hasta el año 2008 y llegó a la conclusión que existen 347 millones de adultos afectados por esta enfermedad, el doble de pacientes de lo que se registraba hace 30 años.
El estudio publicado en la revista médica The Lancet, el 70% de este aumento se debió al crecimiento de la población y al envejecimiento, mientras que el otro 30% está relacionado con una mayor prevalencia.
El análisis por género, revela que la proporción de adultos con diabetes se elevó a 9,8% de los hombres y 9,2% de las mujeres durante 2008. En 1980, las cifras eran de 8,3% de los hombres y 7,5% de las mujeres.
A medida que las cifras suben casi en todo sitio, los expertos dicen que la enfermedad ya no está limitada a países ricos y que ahora es un problema global. Las naciones en los que el número de diabéticos aumenta más rápidamente incluyen Cabo Verde, Samoa, Arabia Saudí y Papúa Nueva Guinea, además de Estados Unidos.
"La diabetes podría convertirse en la cuestión definitoria de la salud mundial en la próxima década", afirmó Majid Ezzati, titular de salud ambiental mundial en el Imperial College de Londres, uno de los autores del estudio.
Estas cifras todavía no reflejan las generaciones de niños y jóvenes con sobrepeso que no han llegado a la edad mediana, lo que podría crear una carga pesada para los sistemas de salud. "Aún no hemos llegado a la cresta de esta ola. Y al contrario de la hipertensión y el colesterol, no tenemos grandes tratamientos para la diabetes", insistió Ezzati.
Además, los expertos advirtieron que la mayor susceptibilidad de determinados grupos como asiáticos, negros e hispanos podría aumentar notablemente las tasas en el futuro.
"Otras etnias no tienen que ser tan obesas como la gente de ascendencia europea para contraer diabetes", indicó a Lancet, Aaron Cypess, médico del Centro Joslin de Diabetes, que no participó en el estudio de la revista Lancet.
El estudio fue financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates y la Organización Mundial de la Salud.