Nuevas inundaciones causadas por la liberación de agua qu se había acumulado en las represas, debido a las fuertes lluvias, han alcanzado cerca de 30 poblaciones en el norte de Filipinas y obligaron a los habitantes a huir hacia los tejados o hacia lugares seguros, informaron las autoridades.

Las lluvias fueron ocasionadas por el Tifón Parma, que azotó a Filipinas el sábado y que desde entonces ha avanzado por la región, aunque se ha debilitado y ahora es sólo una depresión tropical.

En las últimas 24 horas, 91 personas han muerto a causa de los deslizamientos y riadas.Estas víctimas mortales se suman a otras 23 que perdieron la vida durante el fin de semana por las fuertes lluvias de Parma, que tocó tierra en el archipiélago con categoría de "súper tifón" y vientos de más de 200 kilómetros por hora.

Además, están desaparecidos unos 40 residentes de la mitad septentrional de la isla de Luzón, que padece el azote de un nuevo temporal que ha reventado presas y cortado carreteras, además de dejar pueblos enteros incomunicados y cosechas destruidas.

El tifón finalmente no fue tan fuerte como se pensaba y no arrasó el archipiélago como la tormenta tropical Ketsana, que el pasado 26 de septiembre vertió en apenas unas horas sobre Manila y otras 25 provincias de Luzón una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967.

Inundó el 80 por ciento de la capital y causó casi 300 muertos, cerca de 500.000 desplazados, unos 2 millones y medio de afectados y pérdidas multimillonarias por infraestructuras destrozadas y cultivos arrasados.

Entre 15 y 20 tifones suelen pasar por Filipinas durante la estación lluviosa, que transcurre entre junio y noviembre.