Cuando Paz Arjel (17), alumna de cuarto medio del Liceo Hornopirén, de la comuna Hualaihué (Región de Lagos), supo que había sido preseleccionada para participar por uno de los 152 cupos que entrega el programa Talento Inclusión UC, no supo qué hacer. La buena noticia significaba invertir dinero: pagar un pasaje a Santiago para rendir el test de preselección y gastos en comida y transporte en la capital.
Pese a todo, lo logró y el sábado pasado, junto a 1.097 estudiantes más, rindió los exámenes para seguir concursando por un cupo de equidad. El programa busca asegurar el acceso y retención al plantel a alumnos talentosos y provenientes de recintos municipales y subvencionados.
Con un 6,5 de promedio de notas de enseñanza media y siendo la número uno de su curso se alistó personalmente para rendir los exámenes. "Me conseguí unas pruebas pasadas y repasé la materia", cuenta. Lo mismo sigue haciendo para rendir la PSU.
"Es mi sueño estudiar Ingeniería, y si es en la Católica sería genial", dice la postulante, quien sería la primera persona en su familia en ingresar a la educación superior. La joven está compitiendo por uno de los cupos del programa Talento UC.
Para 2014, el plantel católico está ofreciendo el doble de los cupos de equidad que entregó en el último proceso. "Entre las becas de excelencia académica (BEA) y Talento UC hay 333 vacantes", explica el director de admisión, Juan Echeverría.
Mientras, la alumna del liceo de Hualaihué quiere estudiar Ingeniería en Minas. Como ella, hay otros jóvenes que pueden postular a una de las 18 carreras que tiene el programa de inclusión. Entre ellas, Arquitectura, Ingeniería Civil, Derecho y Enfermería.
Los resultados del proceso del programa se conocerán una vez que los alumnos rindan la PSU, el 28 de diciembre. Para ello, deben cumplir un requisito: 600 puntos ponderado, que en promedio son 40 puntos bajo el puntaje de corte de la universidad. Para discriminar entre estudiantes que logren el mismo puntaje PSU se considerarán los puntos obtenidos en las pruebas tomadas por el propio plantel.
DEL SUR A LA CAPITAL
La prueba en la U. Católica no es lo único nuevo que ha tenido que enfrentar Arjel, su venida a Santiago también fue toda una experiencia. "Era la primera vez que viajaba en avión y que me alejaba tanto de mi ciudad y sola", cuenta.
Para concretar el viaje, el plantel costeó el 50% de los pasajes en avión y gracias a la ayuda del profesor jefe de la estudiante, Arjel encontró hospedaje. "Mi maestro llamó a sus suegros y ellos me fueron a buscar al aeropuerto y me dieron alojamiento gratis".b