Aunque la presidenta electa lamentó no alcanzar una paridad exacta en materia de género, corresponde casi al 40% dentro del total de 23 ministros, lo que igualmente es mayor al promedio de otras administraciones.

La cifra, en todo caso, es menor a las 10 ministras que conformaron el primer gabinete de Bachelet en su anterior mandato. La menor participación de mujeres es sólo uno de los puntos llamativos del nuevo equipo ministerial.

A diferencia del período anterior, cuando optó por el experimentado Andrés Zaldívar -quien había sido senador, subsecretario y ministro de Frei Montalva-, Bachelet designó un ministro del Interior menor a los 40 años.

Además, debido a su conocida incondicionalidad con la mandataria electa, Rodrigo Peñailillo se acerca más al caso de Rodrigo Hinzpeter, hombre cercano al Presidente Sebastián Piñera, quien asumió en Interior cuando tenía 44 años.

Bachelet también optó por figuras menores de 50 años en los cargos de la Secretaría General de la Presidencia, la Secretaría General de Gobierno y Hacienda. En promedio, será uno de los equipos políticos más jóvenes del último tiempo.

Pese a ello, el promedio de edad de todos los ministros designados es de 50,9 años. El jefe del gabinete será el más joven de todos los ministros, mientras que el nuevo canciller, Heraldo Muñoz (con 65 años), y la futura titular de Salud, Helia Molina (con 66), serán los mayores.

El grupo de políticos con larga trayectoria no es muy numeroso en el gabinete. Sólo hay tres ex ministros y cuatro que sólo alcanzaron el rango de subsecretarios (incluyendo a Alberto Arenas en la Dipres).

Sin embargo, hay varios, como Peñailillo, Ximena Rincón, Alberto Undurraga y Alvaro Elizalde, que, sin haber desempeñado altos cargos ministeriales, cumplieron roles destacados en los gobiernos de Frei, Lagos y el anterior período de Bachelet. Undurraga también fue alcalde.

Además, hay tres futuros ministros que son actualmente parlamentarios (Rincón, José Antonio Gómez y Jorge Burgos). Si bien dos de ellos terminaban su mandato, en el caso de Rincón, a partir del 11 de marzo cesará en su cargo de senadora, al generarse una incompatibilidad constitucional con la función como ministra.

La fórmula para nombrar a "ministros parlamentarios" es similar a la que usó Bachelet en 2009, con Carolina Tohá (entonces diputada), y Piñera en 2011, en los nombramientos de Andrés Allamand, Evelyn Matthei, Andrés Chadwick y Pablo Longueira.

EQUILIBRIO POLITICO

En materia de militancia política, por primera vez -en un gobierno de esta coalición gubernamental- la DC dejará de ser el partido con mayor presencia, al menos en la primera etapa de cada gobierno.

En sus inicios, en el gobierno de Aylwin había 10 militantes de la falange, en la administración de Frei Ruiz-Tagle subieron a 12, mientras que en el período de Lagos y el primer mandato de Bachelet había siete.

En el futuro gabinete sólo habrá cinco DC, al igual que cinco del PS, mientras que el PPD, con seis militantes, se transformará en el partido con más ministros. El PRSD tendrá dos y sólo un representante por colectividad tendrán el MAS, la IC y el PC. A ellos se suman dos independientes.

Los ingenieros y los abogados, en tanto, son las profesiones que más se repiten. Habrá cinco secretarios de Estado con esos títulos.

ALMA MATER

A diferencia del gobierno de Piñera, donde el gabinete ha estado compuesto mayoritariamente por ex alumnos de la Universidad Católica, en la nueva administración bacheletista serán sólo cinco los ministros formados en la UC.

La Universidad de Chile, en tanto, vuelve a ser el alma máter de gran parte del gabinete, incluyendo el de la futura presidenta. Diez secretarios de Estado nombrados ayer por Bachelet estudiaron en la Casa de Bello.

Otros estudiaron en las universidades de Concepción, del Bío-Bío, Católica de Valparaíso, la Umce, la UV, la Austral y en la Católica del Norte.

En total, 22 de los futuros ministros pasaron por casas de estudios tradicionales. Sólo uno fue alumno de una privada nueva: la Universidad Arcis.