No es necesario sumar al debate su histórico último título de Wimbledon. Hace rato se discute si Roger Federer es el mejor tenista de todos los tiempos. Y posiblemente, al final de su carrera, se dirá que efectivamente lo fue. La octava corona en el césped de Londres sólo fue la ratificación de una trayectoria difícil de igualar.
La discusión, incluso, ubica al suizo de 35 años entre los más importantes deportistas de la historia. En la misma línea de leyendas como Muhammad Ali, Usain Bolt, Michael Phelps o Michael Jordan. Cada vez que agrega un nuevo hito a su carrera, se levantan los admiradores para lanzar su candidatura como el mejor de los mejores. Argumentos hay por montones y uno más se suma al revisar los años de dominio de Federer en su rubro.
Desde que ganó su primer Gran Slam hasta el último. No es fácil decir que han sido 14 años de protagonismo absoluto en las grandes ligas de un deporte. En los grandes torneos. El flamante octacampeón de Wimbledon es el único del circuito ATP que sí tiene ese privilegio. Y a la hora de compararlo con campeones de otras disciplinas, sólo se ve superado por el estadounidense Jack Nicklaus, quien ganó su primer major en 1962 (el Abierto de Estados Unidos) y el último, en 1986 (Masters de Augusta). Con 46 años, el golfista se consagró como el jugador de mayor edad en ganar uno de los grandes premios del circuito profesional.
Claro, el golf permite una vida larga como profesional. De hecho, Nicklaus se retiró en 2005, cuando tenía 65 años.
Con sus 14 temporadas en el primer orden mundial, Federer se pone a la misma altura de Ali. El boxeador estadounidense se hizo conocido mundialmente con la medalla de oro olímpica en Roma 1960, pero ese logro lo alcanzó como atleta amateur. Fue en 1964 cuando el Campeón de la Gente conquistó su primer título del orbe en la categoría pesada, tras derrotas a Sonny Liston en una de sus peleas más recordadas. En esa época su nombre era Cassius Clay, apenas tenía 22 y tenía todas las apuestas en su contra y finalmente se impuso por nocáut técnico. Pasaron 14 años desde aquel 14 de septiembre de 1974, hasta que el 15 de septiembre de 1978 Ali se convirtió en el primer boxeador que ganaba por tercera vez un título mundial, al vencer a Leon Spinks.
Campeones sin fecha de vencimiento, como lo es hoy Roger Federer, quien ya está en el tercer puesto del ranking ATP y pelea por terminar la temporada como el número uno, la posición que mantuvo por 302 semanas consecutivas (algo que nadie más ha logrado en el tenis). Y con todo eso, el Maestro prefiere mantenerse tan centrado como siempre. Frío, como si sus conquistas fueran un día normal de trabajo.
Ayer, al enfrentar las preguntas de decenas de periodistas, el tema del retiro surgió naturalmente. "No me puedo adelantar demasiado", dijo el helvético. "Claro que espero defender mi título y claro que deseo regresar aquí el próximo año. Pero en verdad no sabemos si va realmente a suceder", comentó al día siguiente de doblegar a Marin Cilic en Londres por 6-3, 6-1 y 6-4.
"A los 25, cuando uno gana, piensa: 'Muy bien, los veré el próximo año', pues es normal. Uno va a jugar, sin duda. El cuerpo va a estar bien, es lo más probable. Y si no es el próximo año, bueno, entonces al año siguiente", agregó Federer mientras recorría los pasillos del All England Lawn Tennis Club, el coliseo donde es el rey indiscutido. "Yo realmente ya no puedo pensar en lo que sucederá dentro de dos años. Seamos honestos", confesó Federer, como rogando porque ya no le pidan tanto, que ya ha hecho suficiente. Y tendría toda la razón.